Está terminando la primavera con fuerza. Y el verano va a ser bastante caluroso por lo que dicen. Pero nada eso es motivo para no buscar ideas frescas relacionadas con la salud. En esta ocasión una reflexión que surge a raíz de conocer dos aplicaciones que llevan ya un tiempo, y con las que los usuarios se benefician económicamente.
Se trata de BeMyEye y PubliRunner. En la primera los usuarios aceptan trabajos que se realizan de manera colaborativa y que están cercanos a su ubicación. Se trata de trabajos de visualización de productos, y ésto se realizan con imágenes y datos requeridos, que una vez comprobados, generan el beneficio. En la segunda, PubliRunner, se trata de corredores que mediante un chaleco conectado por bluetooth al teléfono, generan un ingreso por kilómetro recorrido al realizar running mediante campañas que se van lanzando
Y ¿qué tiene que ver esto con la salud?
Se me viene a la cabeza la loca idea de que “hábitos saludables” de las personas puedan hacer que éstas se beneficien. Beneficio que además de en la propia salud, o en la salud de la comunidad que se pueda ver repercutida, de alguna otra manera.
Puestos a imaginar imaginemos una app oficial, es decir del Sistema Nacional de Salud (SNS) que realice esta función. Es decir fomentar hábitos saludables en la comunidad, con objetivos concretos. (vamos con un target). Que los usuarios de éstas se vieran beneficiados en aspectos tales como deducciones fiscales. O por qué no, con mejor inversión a nivel de zona en lo que se refiere a la salud.
Lo sé, parece una locura. Pero imaginemos que se detecta una población en la que el riesgo cardiovascular es más elevado. Por ejemplo Mujeres y hombres de cierta edad y de cierta zona. Y se les propone mediante la app un reto a conseguir entre todos (Que tenga que ver con caminar por ejemplo 3-4 km al día, acumulando un total de x kilómetros al menos entre x personas en X tiempo. Y que tras superar el reto en esa zona se reforzara o mejorara por la inversión.
O por qué no, a través de la población jóven, y mediante los centros educativos, se podría trabajar hábitos saludables de esta manera. Por ejemplo un campeonato nacional de centros de secundaria, en los que sumaran kilómetros…Y el incentivo fuera además del reconocimiento, algo de carácter social.
Algo que podría llamarse “Salud Colaborativa” (puede que este nombre ya exista para otro concepto).
Y comprendo que el incentivo económico no ha de ser el que mueva las políticas de salud, ni las personas. Pero sin embargo este sistema puede valorarse y trabajar en forma que los incentivos sean diferentes y lo suficientemente golosos para fomentar el hábito saludable de manera colectiva.
Muchas ideas, muy difusas, pero a mi entender posibilidades de mejorar la salud comunitaria mediante las nuevas tecnologías y la implicación del SNS.
En España, cualquier cosa que te den «gratis» ya merece cualquier esfuerzo. Por tanto veo más que factible lo que comentas y que hoy en día se puede realizar a través de Apps.
Todo el dinero que se invierte en publicitar campañas de salud en los medios tradicionales se puedeinvertir en este tipo de cosas, teniendo en cuenta el sesgo que puede suponer que todavía hay mucha gente que no utiliza Apps.