Hoy escribo desde el corazón y desde la necesidad de soltarlo, para favorecer lo que sería mi salud mental. Podría ser muy claro y meridiano, y este puede ser el resumen: Para construir un hospital solo hace falta pasta y una contrata, y para tener una enfermera hacen falta mínimo 4 años.
En esta época en la que todos somos virólogos, expertos en salud pública y demagogos del virus, es muy fácil opinar, por eso déjenme hacerlo a mi también. Pero sólo como enfermera, sin querer más que dar mi punto de vista.
No voy a fijarme sólo en el blanco fácil o más visible, como es Madrid con su Hospital para Epidemias, que está a punto de abrir sus casi mil camas posiblemente a costa de voluntarios, como rezaba la siguiente noticia: El nuevo hospital para pandemias de Madrid arrancará con voluntarios. Aunque viendo la evolución de la pandemia, dudo mucho que otras comunidades puedan prescindir de sus profesionales. El problema es mayúsculo, ya que se estima que hacen falta unos 3000 sanitarios, sobre todo enfermeras y médicos, también os enlazo esta estimación en infolibre: El nuevo hospital de pandemias necesitaría 3.000 nuevos sanitarios para no recurrir a profesionales de otros centros ya infradotados.
Si habéis leído alguno de los enlaces, habréis podido comprobar que el precio del hospital de pandemias ronda, según la prensa, los 50 millones. En Cataluña la cosa va diferente, en este caso la Generalitat se gasta otros 50 millones aproximadamente en 5 hospitales auxiliares, que ha de ser polivalentes, pueden utilizarse para varias cosas, y están al lado de otros dispositivos de salud. Aquí la noticia: Catalunya invierte 50 millones en cinco hospitales satélite contra la Covid-19. Entre todos más de 500 camas de HUCI y otras tantas de hospitalización convencional.
En otras comunidades las estrategias, son diferentes, hospitales ampliando camas de diferentes maneras y formas, como en Valencia, dónde la antigua Fe, habilitará sus camas, La Fe recurre a Campanar tras superar el récord de ingresos por covid en un día. Todo ello, a golpe de ingenio y muchas o todas las veces de talonario.
Evidentemente, todo esto surge de la necesidad imperiosa de disponer de camas de hospitalización, puesto que los enfermos no se generan y vienen solos. Si una cosa nos está enseñando esta pandemia es que quizás no era tan cierto que disponíamos de la mejor sanidad del mundo mundial y de los mejores profesionales. Y al contrario y si esto es cierto, más cierto es que se han destapado a fuerza de palos, las desigualdades y las vergüenzas de nuestro sistema sanitario.
Una de esas vergüenzas es por ejemplo el déficit de profesionales, y no sólo por culpa de la Covid-19. No hay repuesto, no hay plan B y cosas como los ratios se fuerzan cada vez más, sobre todo si como hemos visto se abren cada vez más camas y se sigue sin contar con los profesionales necesarios. Centrándome en las enfermeras, hay cosas que claman al cielo. Por ejemplo se ha demostrado y es por todos conocido que la ratio de enfermera por paciente afecta directamente a la mortalidad y los resultados sobre estos, aquí os enlazo un estudio de Linda Aiken, data de 2004 la cosa, con lo cual en 16 años no hemos hecho nada. Sobrecargar a las enfermeras aumenta la mortalidad. Aquí el enlace a The Lancet : Nurse staffing and education and hospital mortality in nine European countries: a retrospective observational study.
El caso es que las enfermeras ni se dibujan, ni se pintan, que además de su carrera, precisan de la experiencia y una capacitación específica que cada puesto necesita. Que su educación y formación, al igual que su ratio, influye en la salud de las personas.
Esta pandemia nos deja muchas lecciones y muchos deberes pendientes. Y para finalizar, a pesar de no gustarme utilizar términos bélicos, hoy me llega esta triste noticia de manos del Consejo Internacional de Enfermeras, Mueren 1.500 enfermeras por coronavirus en lo que va de pandemia, tantas como en la Primera Guerra Mundial. Por si alguien piensa todavía que esta no es una guerra, es nuestra guerra. Lo siento.
Hasta un niño de 6 años puede ver lo importante que es una enfermera, ellos sí que pueden dibujarlas, aquí la visión de mi hijo.
Martí (6 años)
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