El concepto del Síndrome Burnout, que tan de moda parece estar, se acuñó a mediados de los años 70 por Herbert Freudenberger. Se traduciría como síndrome de “estar quemado” o del “desgaste profesional”. El concepto describiría el proceso de deterioro del desempeño del rol o roles profesionales relacionado con un avanzado estrés laboral.
En los 80 Maslach y Jackson hicieron el concepto más entendible además de evaluable a través de un cuestionario ( el Maslach Burnout inventory – o MBI- ). Definieron el concepto en tres dimensiones, el agotamiento emocional, la despersonalización y la reducida realización personal, que puede ocurrir en las personas que trabajan con personas. Las manifestaciones más habituales del síndrome son una serie de síntomas específicos. Estos pueden ser psicosomáticos ( fatiga crónica, trastornos del sueño, desordenes gástricos, tensión muscular), conductuales ( alto ausentismo laboral, adicciones – tabaco ,alcohol,…), emocionales (irritabilidad, incapacidad de concentración) o laborales ( conflictividad, hostilidad, menor capacidad de desempeño del rol). Se considera un problema específico de los trabajos llamados “de servicios humanos”. En estas profesiones entran enfermeras, médicos, asistentes sociales, psiquiatras, psicólogos, policías, profesores,…
En las profesiones sanitarias y en especial en la disciplina enfermera se ha descrito y estudiado ampliamente este fenómeno. De hecho no son pocos ( tampoco suficientes ), los esfuerzos que se hacen por prevenirlo a nivel laboral, a través de la prevención y la educación de los profesionales.
La profesión enfermera es muy vulnerable al estar expuesta de manera continua a los factores desencadenantes y facilitadores del síndrome. Entre los elementos desencadenantes encontramos factores ambientales:
- Ambiente físico y contenido del puesto (variedad de tareas a realizar, turnos rotatorios, trabajo por turnos, nocturnidad…)
- Desempeño de roles, relaciones interpersonales y desarrollo de la carrera
- Aspectos organizacionales, y tecnológicos ( que pueden dificultar la adaptación al puesto )
- Factores extraorganizacionales, como la relación trabajo-familia
Como factores facilitadores se han descrito variantes de carácter personal :
- Demográficos ( sexo, edad, hijos, estado civil…)
- Variables de personalidad
- Capacidad de afrontamiento
- Apoyo social en el trabajo.
El actual contexto de Crisis económica se puede considerar que es un Mega-factor desencadenante del síndrome en la profesión enfermera. Es evidente que la gestión de los recursos es más difícil en tiempos de crisis, pero también es evidente que la profesión enfermera se está quemando, ya que participa de un entorno que le resulta hostil, en el que la gestión no se entiende ( ni se explica ), le afecta directamente en desempeño de los cuidados, produciendo una serie de conflictos éticos ( debidos a la falta de recursos para realizar los cuidados como nos gustaría), además de una lucha continua por las condiciones laborales que se deterioran continuamente. El problema entorno económico-enfermería no es nuevo, A. Falcó cita en su artículo “¿ Más conflictos éticos en tiempos de crisis económica?” a Jean Watson que escribió la frase “Nurses love their work and hate her Job” que recoge el sentimiento de muchas enfermeras norteamericanas en el desarrollo de los cuidados dando más importancia a los aspectos económicos que a estos. Vamos justo lo que estamos viendo que nos pasa actualmente en nuestro entorno.
Ya existen estudios, pero creo dentro de unos años se habrá estudiado mucho este tema. Uno de ellos, es un estudio del Satse reflejado en una noticia de hace unos meses, que describe los siguientes datos:
- 84% del personal de enfermería hospitalaria pública padece estrés por sobrecarga de trabajo,
- 62% considera estar quemado ( Síndrome de Burnout )
- 80% dicen tener trastornos varios como del sueño, tensión muscular, etc.
Así que efectivamente creo que estamos en crisis de BurnOut en nuestra profesión, debemos aprender a cuidarnos porque al parecer esto va para largo.
Enlaces a artículos de interés:
Síndrome de Burnout en profesionales de enfermería
Fernando Campaña Castillo
Diplomado Universitario en Enfermería
Máster en Enfermería Oncológica por la UB
GRACIAS, PERO ENTODOS LOS PAISES PASA ESTA SITUACION DEL SINDROME QUE TANTO AFECTA AL PERSONAL DE ENFERMERIA, ES MUY BUENO ESTOS ESPACIOS, PARA VISUALIZAR LA SITUACION SIGAN ADELANTE.
Gracias Teresa por aportar tu visión del Síndrome BurnOut
Tenemos todos los numeros para padecer esta lacra, en una profesion la nuestra, ya de por si infravalorada, pisoteada una y mil veces por las cambiantes direcciones y gerencias que van alternandose de centro en centro (siempre son los mismos). Te vas de Mataró y te los encuentras en Sant Pau, por ejemplo. Con unas condiciones laborales infrahumanas y unas salariales, que ni por asomo se acercan a compensar la alta responsabilidad que tenemos y el sacrificio que realizamos dia y noche. Nos venden la polivalencia (mentira¡¡¡, el concepto es otro) para no contratar más personal. Estamos, muchos, a golpe de telefono para ir a trabajar en el mismo momento que te llaman ( y pobre de tí que digas que no). Doblamos turnos. Estamos tanto de dia como de noche. No hay ningún tipo de conciliación familiar. Estamos y vamos agotados; pero eso les importa bien poco por que somos muchos sin trabajo, y si tú fallas, hay miles que lo harán por menos y trabajarán más horas. Y futuro ?…….Bastante, bastante negro. No es pesimismo ni negatividad. Es la autentica realidad. No nos asombremos de que cada dia más compañeros se encuentren hartos y por consiguiente, quemados. Soluciones? Las tienen ellos no nosotros. Siempre les hemos sacado las castañas del fuego; les toca ahora a las empresas sanitarias mover ficha para no acabar de cargarse una profesión tan necesaria como poco reconocida.
Hace unos días me subscribí e este blong y me encuentro con el artículo de » la Enfermera/o quemado. No quiero dejar pasar esta oportunidad para añadir una situación que me consta que, bajo la palabra » quemada» también se esconde otra situación de la cual nadie habla y es el ACOSO LABORAL( Resolución del parlamento Européo sobre Acoso Moral nº 2001/2339(INI).Esto no existe en nuestra profesión; hasta que llegue el día que se » reconozca»como se reconoce desde hace varios años por la SOCIEDAD el de la mujer maltratada.
Estuve mucho tiempo leyendo lecturas ( recomiendo desde aquí los libros » Mobbing, estado de la cuestión» de Iñaqui Piñuel ISBN 9788496612921 y otro más pequeñito que no tiene desperdicio del DR. Jose carlos Fuertes Rocañín ISBN 8495913372) Con este último os podéis hacer una buena idea de lo que pasa: ¿Estáis quemado o es acoso laboral?.
Otro comentario que desearía hacer es, sobre la crisis en el sector sanitario:La crisis ¿ Lo justifica todo?.¡ No!. Decía una enfermera ( Rosa Mª Alberdi) hace muchos años en un artículo que » Si la Enfermería no nos nombramos como lo iba a nombrar la Sociedad».La Enfemería somos los » abogados defensores de los pacientes» y no podemos permitir moral ni eticamente lo que les estamos haciendo. Si la «Institución» nos obliga hacer cosas( como decía Manel) hay que negarse (porque bajo la presión de perder el trabajo , estamos perdiendo nuestra dignidad como personas y, como profesionales). » Hacer o no lo justo, no depende tanto del Estado como de la conciencia. El Estado no puede obligarle a actuar injustamente;está dispuesto a sufrir el mal pero no a hacerlo» (Sócrates Apología 29d,38a).
La desobediencia ética, es la desobediencia civíl y como decía Cámus en el Hombre Rebelde «La rebelión es el acto del hombre informado que posee la conciencia de sus derechos».
Como profesional me hago la siguiente reflexión: ¡Vaya suerte tener una enfermera en la familia, pero, ¿ quién defiende de los eventos adversos al paciente de la cama de al lado?
Rosario
Gracias Rosario por tu aportación
Hola Fernando:
Muy buena entrafa, como siempre! Me hago dos reflexiones: la primera, es que me da la impresión de q en nuestra profesión no existe burn-out como algo que puede suceder al largo de los años de profesión, sino más bien es un elemento inmerso per se en ella. Ojo, no como algo que siempre ha estado ahi pero si como aquello que es aceptado como consustancial a la profesión, y es que, ya se sabe, «es duro trabajar con enfermos», nos dicen quienes han sido los impulsos del burn-out.
La segunda reflexion viene a tenor de lo que expones en cuanto a la prevención y educación de los propios profesionales. Yo no dirigiría la atencion al profesional sino a las elites dirigentes en cada uno de nuestros centros y a los Colegios y Consejos de Enfermería: ellos son los principales responsables de que se haya llegado a esta situación. El mirar hacia otro lado, el sucumbir a la tirania economicista, hace que estemos donde estamos (situación que en mis 30 años como enfermero se repite y se repite y se repite…)
Gracias por el comentario Jaume,
Realmente a pesar de ser una entrada antigua está de rabiosa actualidad y cada vez más.
Estoy de acuerdo contigo de que es necesaria la involucración de estamentos enfermeros superiores.
Complejo y fácil. Complejo porque el prblema es algo más que un síndrome de burn out, está ahí, abigarrado cual garrapata, cronificado, un problema que nos costará de nuevo, alguna generación menos con suerte, que lo que nos ha costado devaluarnos hasta aqui y fácil ( relativo) porque lo tenemos identificado y ya hay tono de movimiento. Hay mucha razón en todos los comentarios, y luego la profesora Alberdi a la que he te ido la oportunidad de conocer. Ese es el discurso necesario, un discurso convencido.