Día 31 de diciembre, último post del año. En otros tiempos el último post del año lo dedicaba a hacer un “blues” de “Nuestra Enfermería”. Per esta vez lo que me propongo y pretendo es hacer una especie de “deseo en voz alta” para el año venidero y el futuro en general.
El deseo es que los profesionales de la disciplina enfermera podamos cuidar, pero cuidar como lo haría “el monstruo de colores”.¿Y cómo es eso? No, no me pasa nada raro, os cuento…
El “mosntruo de colores” es un cuento infantil que trabaja las emociones. Se trata de una historia sencilla sobre un monstruo que se ha hecho un lío y “que introduce a pequeños y mayores en el fascinante lenguaje de las emociones”. Enseña a ambos a identificar y aislar las diferentes emociones, y todo con amor, con mucho amor.
El monstruo de colores, cuando tiene todas sus emociones mezcladas no se aclara, todas juntas y a la vez no funcionan bien. Pero gracias a la ayuda de una niña, consigue poner cada una de ellas en un tarro, volviéndose éste de un solo color cuando aisla una emoción. Las diferentes emociones están identificadas con diferentes colores, algo que ayuda sin duda a aislarlas y visualizarlas.
Las emociones que trabaja el libro son las siguientes. La alegría (amarillo), que define brillante como el sol y las estrellas; la tristeza (azul), definida como suave como el mar, y dulce como un día de lluvia; la rabia (rojo) que arde como el fuego y dificil de apagar; el miedo (negro) es cobarde y se esconde en la oscuridad; la calma (verde) que es tranquila como los árboles; y finalmente el color rosa (amor), que descubre por sí solo el monstruo.
¿Y si aprendemos a visualizar las emociones propias y ajenas a la hora de cuidar? Deberíamos saber hacerlo, pero muchas veces es fácil que nos pase como al monstruo, y éstas emociones se nos mezclen y nos lleven a estar confundidos. Personas que cuidan a personas con todo lo que ello conlleva. Además, cuidamos generalmente en ambientes hostiles (como el Hospital) para las personas. Lugares en los que se sienten pequeños y aterrorizados (de color negro) por la situación. Situaciones que muchas veces son azules, lluviosas y tristes, para el paciente y su entorno, o incluso los propios profesionales. O situaciones que arden rabiosamente en color rojo incandescente, y que también afectan a todos. También existe la alegria, momentos alegres, radiantes, buenos momentos. Y otros en los que sin duda queremos que nos invada la calma, verde y tranquila. Calma que en estos momentos de enfermedad todos deseamos.
Para los profesionales es muy fácil comenzar a mezclar emociones. Son muchas las situaciones diferentes que tratamos a la vez, de varias personas diferentes. Nuestra actitud se ha identificado y representado muchas veces en una coraza. Quién no ha escuchado aquellos de “Te has de poner la coraza, el escudo, para que nada te afecte”.
Y yo me pregunto, si cuidamos con todo el cariño del mundo a personas, llegando a empatizar, ¿cómo no nos van a afectar según que situaciones? Somos humanos, somos personas, y es normal que ésto pase.
¿Por qué os digo de cuidar como lo haría el monstruo de colores? Porque quizas si tomamos conciencia de las emociones propias y ajenas, mejoremos en nuestra manera de cuidar, empatizando e implicándonos, pero de manera sana y con amor.
Yo quiero cuidar como lo haría el Mostruo de colores, ¿y tú?
Feliz 2018 Fanzineros, mis mejores deseos para todos.
Bibliografía:
Anna Llenas, El Monstruo de Colores Pop-up, Editorial Flamboyant, año 2014
Emocionante reflexión para acabar el año querido Fer… Es una idea estupenda para aprender identificar emociones y mejorar nuestras relaciones.
Feliz año nuevo, lleno de consciencia emocional, inteligencia emocional y personas emocionales!!! 😉