Unexpectedkindness is themost powerful,least costly, andmost underratedagent of humanchange (1)

Acabamos de pasar por época carnavalera, temprana por cierto, y resulta que el paso de los años no hace que cambiemos mucho. Me refiero a que cambiemos mucho la imagen social que tenemos. Quizás incluso la empeoramos, y no sé si somos o no conscientes de ello.

A los estigmas e imágenes que la sociedad nos atribuye y de los que no hemos sabido escapar, les vamos sumando nuevos que no hacen otra cosa que oscurecer y tapar lo que hacemos, sino que también nuestras virtudes y capacidades.

A la patética imagen de la “enfermera sexy” venida de antaño que se mantiene y se rescata anualmente como si no pasara el tiempo, se les suma otra más siniestra. La de “enfermera zombi”, alimentada por series y videojuegos, que una generación posterior a aquella otra ha recogido. Y que aún todavía se remezcla creando la “enfermera Zombi Sexy”, dotando a esta profesión de un buen montón de connotaciones negativas, que pueden salir a pasear tanto en carnaval como en otras épocas recientemente incorporadas, es decir Halloween.

Estas imágenes que no somos capaces de quitar del imaginario social, están como decía, cargadas de connotaciones negativas y equivocadas. La enfermería se tiñe pues de adjetivos que desgastan nuestra imagen real y lo que hacemos. Por lo tanto los ojos que nos miran con esos filtros no ven más allá. Para estos no somos más que “Rubias malas y/o/u tontas, obedientes y equipadas armas punzantes como jeringas” En un mundo imaginario en el que los hombres además tenemos poca cabida, si hay traje blanco aunque no sea bata, eres médico, lo que además puede cabrear a tus propios compañeros, cuando alguien te diga, “oiga Doctor?” Ese alguien que cuando le explicas “No, enfermero” entonces te mira con cara de “pues vaya”. Evidentemente no todo es así, vamos no todos nos ven así, pero la sociedad cada época carnavalesca se encarga de recordarnos este tema, y a pesar de cabrearnos al parecer no sabemos qué hacer.

A todo esto, este año, nos hemos superado, puesto que nos hemos disfrazado además de “Receta enfermera”. El tema de la prescripción que se promulgaba como un avance gigante tanto profesional como social para la enfermería, no hace más que continuar dañando nuestra imagen y darnos dolores de cabeza.

“Con los retos que tenemos por delante las enfermeras y el ratico que le estamos echando a la dichosa prescripción” #CuidarNOESsolorecetar

Este Tuit del amigo Serafín, enfatizado con una carita infeliz habla también de esto. Quizás el año que viene los disfraces de enfermeras Zombi-Sexy vayan acompañados además de con la jeringa de rigor, con un talonario de recetas roto.

La Wikipedia, dice que el Disfraz es una vestimenta u ornamenta diseñada con el propósito de distraer o llamar la atención con fines artísticos, religiosos, promocionales o de otro género; una persona puede disfrazarse para representar un personaje real o ficticio en un evento o circunstancia especial tal como un carnaval, una fiesta de disfraces o una obra teatral.

Hay muchas cosas por las que tenemos que luchar, y al parecer tendremos que seguir luchando. No debemos distraernos y llamar la atención sólo con ciertos temas (disfrazándonos con recetas). Pongamos la vista en aquellos que lo están haciendo muy bien, como es el ejemplo de la RNAO, y marquemos nuestro camino por ahí, tirando de evidencia, adquiriendo la importancia social que realmente tenemos.

El Cuidado es nuestro ámbito de actuación, nuestra competencia, y una competencia más que importante, imprescindible en cualquier  sociedad. El Cuidado, que va desde antes de nacer hasta después de morir, en el que la Salud y nuestra manera de verla, entenderla y tratarla es, y así ha de ser, nuestro valor más preciado.

Ah! Y si pensabais que está todo perdido, no desfallezcáis, porque a pesar de todos esos disfraces que no son, como dijera aquél, No estamos tan mal como nos pensamos. Y como muestran en el estudio ¿CÓMO CREES QUE TE VEN? IMAGEN DE LA ENFERMERÍA PERCIBIDA POR PROFESIONALES Y USUARIOS, Virginia García Moreno, Pedro Ruymán Brito Brito et alt. Concluyen que al parecer, la población valora mejor a las enfermeras de lo que éstas mismas creen.

No te disfraces de lo que no Eres!

Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es

Algunos derechos reservados por B.I.C Brasil