Bienvenidos al futuro próximo. En pocos meses, o mejor dicho, el próximo año, acudiremos al nacimiento del “gadget” más revolucionario. Todos querremos uno, por lo menos los monstruitos de la tecnología, (me incluyo en ellos, soy culpable). Primero fueron las pantallas táctiles de los teléfonos, después los manejables y útiles tablets que tan buen resultado nos dan… Si os preguntabais por lo próximo, ya lo conocemos, se trata de las Google Glass.
Qué son las Google Glass, o las gafas de Google. Pues toda una revolución, si. Se trata de un aparato con forma de gafas, que dispone de un dispositivo que permite convertir lo que vemos en realidad aumentada. Es decir pone datos e interactúa con aquello que estamos viendo. Algunos ya lo han probado, y otros tendrán la oportunidad, como pasará en el festival de música Sónar en Barcelona en los próximos días. El Bloguero Juan Merodio ha tenido la oportunidad de hacerlo. En su blog define la experiencia como llevar una pantalla integrada en tu ojo.
¿Qué hace el aparatito? El aparato se maneja con gestos visuales y con la voz. Extraordinario verdad. Además tiene la capacidad de aprender la voz del dueño, reconociéndola y sólo funcionando con esta. Además te geolocaliza y te puede servir de Gps para ayudarte a llegar a los sitios. Se pueden hacer fotos, grabar videos, llamar a tus contactos enviar mensajes, etc… Vamos una pasada.
Pero adentrándome más en el futuro y leyendo cosas del presente me encuentro con las primeras críticas y noticias con respecto al aparatito. La que más llama la atención es la noticia de que Google prohíbe la utilización de las Glass en una reunión de accionistas. En el artículo se cita al escritor Nick Harkaway que señala que «Hay un punto interesante en todo esto. Google está admitiendo antes de sacar el producto, que hay algunos contextos en los que las Glass son inapropiadas.»
Lo que me lleva a pensar en nuestros contextos. No se el precio, no se si será algo que funcione y se extienda, pero pinta que así será. ¿Qué pasará en nuestros contextos sanitarios?
No creo que tarden mucho tiempo en sacar apps para este aparato, y como siempre muchas de ellas serán destinas a la salud. Me imagino de todo, sobretodo cosas con reconocimiento facial. Por ejemplo Que al mirar a la cara un paciente, te redirija a su Historia Clinica, entre otras muchas, podéis hacer volar la imaginación… Qué guay ¿no? Pues NO lo veo tan majo el asunto oiga.
Dr. Conmigo no utilice sus Google Glass! Se trata casi de un gadget de espía. Qué está haciendo Ud. con ese aparato, mandando mensajes, escuchando algo, haciéndome fotos, etc… Existen muchos contextos en los que el aparato va resultar inapropiado del todo, y uno de ellos será el sanitario. Al menos de momento hasta que no se conozca y se “regule”. Aumenta la falta no sólo de privacidad, como se indica en el artículo del periódico, sino que también la de Atención!
Sr. Doctor!, Enfermera!, mírenme cuando les hablo!. Una de las quejas recurrentes con la introducción de la informatización de las consultas es el que los profesionales están más tiempo mirando la pantalla que a las personas. Sólo faltaba ya, que ni siquiera sepamos qué es lo que están haciendo con ese aparato. No solo si está afectando a nuestra privacidad, si no que esté en otra cosa. Con otros gadgets lo tenemos más fácil, es decir si está delante del ordenador, pues eso, si coge el teléfono móvil, pues eso, etc.. pero con esto ya puede ser la bomba. Cómo avanza la tecnología, pero además cómo nos facilita y cómo nos complica a la vez. Aún estamos debatiendo sobre apps y salud, cuando el debate se nos va a ir más allá. La ética profesional y las nuevas tecnologías han de ir de la mano y entenderse. Pero es una responsabilidad nuestra el hacer que se entiendan ¿no? ¿Qué creéis?, espero vuestros comentarios!
Foto de portada: Thomas Hawk via photopin
Fernando Campaña Castillo
Diplomado en Enfermería
Máster en Enfermería Oncológica
Estamos de acuerdo en que la tecnología nos va a aportar muchísimas cosas positivas, es evidente y lo vivimos cada día a un ritmo trepidante. Pero lamentablemente la regularización de estos avances no va a la misma velocidad. Deberíamos cuidar mucho más la ética por parte de los profesionales o esto se nos irá de las manos.