Black Mirror es una mini serie de ciencia ficción producida por la productora inglesa Channel 4. La serie trata temas enfocados en futuros próximos a los que podemos evolucionar socialmente. Cada capítulo toca una historia diferente que nada tiene que ver la anterior, llegando a ser una colección de mediometrajes. En febrero de este mismo año se ha estrenado la segunda temporada, realmente me ha impresionado mucho la historia que cuenta el primer episodio.
Este primer capítulo de la segunda temporada se llama “Be Right Back” y se ha traducido al castellano como “Ahora mismo vuelvo”. La sinopsis de la historia que propone la propia productora es la siguiente:
Martha y Ash, son una joven pareja que se traslada a un casa en las afueras, el día después del traslado Ash, muere en un trágico accidente. Durante el funeral, una amiga de Martha le comenta la existencia de un nuevo servicio online que te permite mantenerte en contacto con los seres queridos que han fallecido. Esto es posible a través de la utilización de los servicios y perfiles públicos en las redes sociales de la persona fallecida. Martha en un principio se disgusta y desprecia la idea, pero en un momento de la historia intenta hablar con el…
En ésta interesante historia se trata en profundidad el tema del duelo. El proceso de duelo implica pensamientos, sentimientos y actividades frente a la pérdida de algo querido, ya sea persona o cosa. La pérdida es siempre dolorosa, e implica la expresión de síntomas físicos y emocionales, y mucho más cuando se trata de un ser querido. Superar el proceso de Duelo lleva tiempo, hasta que se vuelve al equilibrio normal. Durante la elaboración del duelo se pasa por varias fases, que en la elaboración de un duelo normal se completan, aunque cabe la posibilidad de saltar entre ellas e incluso no llegar a superarlas en un proceso de duelo patológico.
Las fases del duelo son básicamente cinco: la Negación, la Negociación con la realidad, la Depresión, la Ira y la Aceptación. El mediometraje, o capítulo, muestra claramente la elaboración del duelo que realiza Martha, pasando poco a poco por todas sus fases.
Negación. En un primer momento, casi incluso antes de recibir la trágica noticia, Martha no quiere creer lo que le está sucediendo, se muestra aturdida, siente pena y dolor incontenibles, incluso como es lógico durante el funeral. Lugar en el que es contactada por su amiga.
Negociación con la realidad. Es aquí donde las personas tratan de evitar lo inevitable, consideran lo que les ha sucedido como inaceptable. Es en este punto es donde la historia sorprende por lo siniestro. Martha, que no acepta la muerte de Ash, es suscrita, aunque en contra de su voluntad, a un nuevo servicio de Internet por su amiga. En esta fase de negociación ella, que ha rechazado varios emails del sistema se interesa. El sistema recoge toda la personalidad de su marido a través de sus perfiles en las redes sociales (a los que Ash era adicto) y de la información que contienen sus mails, etc. El sistema comienza “Chateando” con ella y la va guiando para hacer más real la experiencia, a la vez ella va necesitando cada vez más. De esta manera llega a solicitar un ser humano sintético que se asemeja a su ser querido.
Depresión. La protagonista comienza a tener sentimientos contrapuestos a esta situación, entrando en pensamientos de rechazo por aquello que ha hecho, tomando conciencia que no podrá sustituir a Ash. Comienza a expresar angustia que poco a poco la lleva a la Ira.
Ira. Intenta rebelarse contra la realidad que está asumiendo, pensamientos de injusticia, y de no conformidad, y necesita expresar su rabia para poder liberarse y aceptar aquel suceso fatídico.
Aceptación. Os lo dejo a vosotros, opinar sobre si Martha elabora de manera satisfactoria el duelo o no. Realmente es muy interesante el final.
Las redes sociales en el Duelo.
No se separa mucho de la realidad la ficción del capítulo de Black Mirror. Mientras lo veía, venía a mí una idea recurrente, ¿qué pasa con toda esa información que ponemos en las redes sociales una vez nos morimos? Cada vez más hacemos uso de las redes en nuestra vida cotidiana. Sin duda que juegan un papel muy importante cuando hay una defunción. Toda esa información que la persona ha compartido de forma pública, queda pública y huérfana de dueño. Puede influir en la elaboración del duelo de las personas cercanas a la persona, si es que lo ponemos en el nivel “recuerdos” como las fotografías. Realmente queda algo más, ya que, sí que contienen parte de la personalidad de la persona, cuando por ejemplo felicitaba a alguien, se alegraba de que su equipo de futbol ganara, cuando se indignaba con algún suceso etc. pero ¿qué más?
Qué ha de quedar de nuestra personalidad “virtual” en la red, ¿sería tributario de aparecer en nuestros testamentos vitales? En mi opinión sería necesario. Además creo que las redes sociales deberían obligar a las personas que las utilizan a dejar a alguien a cargo de esa información en caso de defunción o incapacidad del propietario. Es decir, sería necesario que con la inscripción a red social, se efectuara un testamento sobre esa información que se depositará, por si la persona desea que sea destruida, conservada o compartida.
Y qué opciones existen realmente. Según he leído en artículo muy esclarecedor de Guiadelduelo.com, existen varias posibilidades previstas para tales efectos, es decir para eliminar los perfiles públicos de los series queridos en las redes sociales. En mi opinión se me antojan insuficientes, aunque como norma general nos deberemos poner en contacto con los responsables de privacidad de la red social, vía mail. Entre la soluciones posibles la más seria sería la propuesta por Twiter o también la de tuenti, y la más curiosa de Facebook que permite la creación de un perfil de la persona “En Memoria de…”.
Os recomiendo el artículo de Guiadelduelo.com, llega incluso a ser importante leerlo y tenerlo presente.
Os dejo también el tráiler del capítulo de Black Mirror:
Fernando Campaña Castillo
Diplomado Universitario en Enfermería
Máster en enfermería Oncológica.
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