El fenómeno informer ha surgido muy recientemente en las universidades, concretamente en la UAB. Se trata de unas páginas que a través de facebook y otras redes sociales difunden mediante sus administradores mensajes anónimos en forma de “chisme” o “chismorreo”, en el que unos terceros pueden intervenir y aconsejar, opinar, etc… La fuente de inspiración se dice que está en la serie televisiva Gossip Girl, que trata de un barrio norteamericano en el que sucede algo similar.

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El fenómeno ha sido escandalosamente rápido de propagar, y ya no sólo afecta a una sola universidad, sino que afecta a varias, incluso tiene tanta aceptación que también ha llegado a barrios, pueblos, e institutos de secundaria. En estos últimos, es donde más controversia a generado el fenómeno ya que los usuarios que acceden al “juego chafardero” se encuentran en unas edades sensibles en los que unos pueden tener muchas herramientas de autoprotección y otros muy pocas o ninguna. En tal ebullición de chismes, ya se han alzado voces críticas al fenómeno. De hecho ya se han interpuesto varias denuncias por acoso y se han vetado algunas de estas páginas por las subidas de tono de algunos usuarios, a pesar de los filtros que se interponen para evitarlo.

En las entradas anteriores dedicadas a “cuidar la sociedad 2.0” ya advertía la necesidad que los profesionales sanitarios, y en especial la enfermería, tenía que estar presente y comprender el mundo virtual para cuidar a la sociedad. Lo cierto es que psicólogos, profesores, pedagogos intentan entender un fenómeno que se les escapa de las manos ya que se está llegando a convertir en Ciberacoso.
Es realmente difícil, que casi sin referencias al respecto, se pueda evaluar qué consecuencias psicosociales puede tener algo tan cotidiano como un “chisme”, y tan innovador como una explosión de contenidos en Facebook. La cuestión es que no se habla de cosas, sino que se habla de personas, y es más de la vida de éstas. El problema es el siguiente: hasta ahora el Ciberacoso, consistía en acosar a través de redes sociales, medios electrónicos, etc.. y de forma repetida a una persona, pudiendo ser por varios medios a la vez. Pero ahora, de repente, con éste tipo de páginas el acoso ya no se hace solo por parte de algún o algunos conocidos, o consentidos de forma electrónica ( como invitados a facebook ), si no que se puede ejercer casi de forma universal, por muchas personas a la vez y en poco tiempo, lo que puede suponer una bomba de relojería en personas frágiles. Además, los acosados, puede que ni tan siquiera sepan que están siendo objeto de burlas, acoso o demás, hasta que se enteran, ya que no son ellos directamente los que interactúan o son interpelados. Un ejemplo:
– Imaginemos que alguien pone que una chica de la clase de 2º es rara, y seguidamente empiezan comentarios al respecto, incluyendo gente que no tiene que ver pero que siente curiosidad, al final se le dice de todo menos bonita, pero además ella no lo sabe porque no está al tanto. Una vez por algo o alguien se entere del caso, según la fortaleza de la persona (en muchos casos adolescentes), puede llevarla rápidamente a un estado depresivo incipiente, que se puede agravar.

¿Qué hacer?
En mi opinión todo va a depender de la persona y de las herramientas que tiene para autoprotegerse. Pero claro dotar de herramientas a todo el mundo es difícil, y más de golpe. El estudio de éstos fenómenos es importante, pero no es tan rápido como su evolución exponencial. La prohibición, a mi modo de ver puede ser negativa, ya que en contra se puede volver, y el fenómeno podría reaparecer con más fuerza si cabe o con una raíz más profunda.
Posiblemente la mejor opción es aquello que decía en las entradas de la enfermería 2.0, y que tan relacionado está con el rol de enfermería, que es estar presente. Estar presente en ellas, participar y entender que es y que pasa, para poder efectuar una intervención positiva.

¿Porqué las enfermeras debemos estar?
La persona es un ser biopsicosocial, que necesita ser cuidada en todas sus dimensiones, biológica, psíquica y socialmente. La acción que ejercen éstos fenómenos o las redes sociales en la dimensión psicosocial de la persona es cada vez más fuerte e importante. Os voy a mostrar los patrones funcionales de la persona que propone M. Gordon en su modelo de cuidados de enfermería. Como patrón funcional se entiende una configuración de comportamientos que son más o menos comunes en todas las personas. Estos patrones contribuyen a la salud, calidad de vida y logro del potencial humano, dándose de forma secuencial en el tiempo. La valoración de éstos permite una evaluación sistemática de la persona como ser biopsicosocial, pudiéndose obtener datos tanto del estado físico, como del psíquico, a nivel social y del entorno. Gordon define 11 áreas o patrones importantes para la salud de la persona, familia o comunidad:

– Patrón 1: Percepción – manejo de la salud
– Patrón 2: Nutricional – metabólico
– Patrón 3: Eliminación
– Patrón 4: Actividad – ejercicio
– Patrón 5: Sueño – descanso
Patrón 6: Cognitivo – perceptual
– Patrón 7: Autopercepción – autoconcepto
– Patrón 8: Rol – relaciones
– Patrón 9: Sexualidad – reproducción
– Patrón 10: Adaptación – tolerancia al estrés
– Patrón 11: Valores – creencias

Fijaros si puede llegar a ser importante la valoración enfermera en fenómenos virtuales como del que estábamos hablando, De forma directa la interacción social en redes sociales y fenómenos de índole parecida puede llegar a afectar hasta seis patrones, y de forma indirecta llegar a los demás. Es la muestra que las enfermeras debemos actuar y buscar la manera de Cuidar la socidad 2.0.

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Fernando Campaña Castillo
Diplomado Universitario en Enfermeria
Máster en Enfermería Oncológica