Mucho se habla de la e-salud y la mHealth y diversos conceptos del tipo. Conceptos que explicaba en la infografía dedicada al tema “Los nombres de la nueva Salud”. Si bien además podéis conocerlos más en profundidad en diversas webs, es de recomendada lectura para el profesional sanitario el “Manual 2.o para profesionales de Salud” de Salud Conectada, dónde se entregan muchas claves de todo esto que nos está pasando y que apodamos 2.0.
En esta ocasión, y pareciéndome mentira de nuevo que sea yo, -ya que me consideran mis allegados como ser tecnológico-, quién se ponga a sembrar dudas o caras ocultas a los avances que se aproximan. Digo de nuevo porque ya hablé en su día sobre las Google Glass, en entradas como Dr. Conmigo no utilice las Google Glass! o 5 things that Google Glass could not be used in Hospitals (in Spain) . Y sigo teniendo mis reticencias en según que aspectos.
Pero en esta ocasión me quiero adentrar en el concepto de la “exclusividad” o más bien dicho en el negocio que la exclusividad que va a mover la mHealth (salud en los dispositivos móviles). No son pocas las veces que se ha escrito sobre la próxima vuelta de tuerca de Apple en sus dispositivos. Esta se va a dirigir a convertir el terminal (supongo que tanto iPhones como iPods) en herramientas preparadas para percibir “nuestra salud” y seguramente a través de algún dispositivo Wearable, me refiero al Healthbook, que ya muchos toman como una realidad.

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A través de esta aplicación (que se supone vendrá incrustada en el próximo sistema operativo iOs 8 de la marca), el usuarios podrá “controlar entre comillas” su salud. Digo controlar entre comillas, porque como se ha dicho en twitter en el contexto del último congreso #eSaludCyL Ojo con las apps de «monitorización» medir no es monitorizar. (@enferevidente).
Ojo con las apps de «monitorización» medir no es monitorizar… #eSaludCyL
— X.M. Meijome (@EnferEvidente) Mayo 17, 2014
Los usuarios, a priori, podrán medir o cuantificar muchos datos como nos insforman desde la web especializada Xataka:
Healthbook, Apple hacia la cuantificación. Con una interfaz de fichas virtuales esta aplicación nos mostrará diferentes datos: actividad, nutrición, azúcar en sangre, sueño, hidratación, presión de la sangre… Viendo las métricas que podría analizar parece más completa que las pulseras cuantificadora que hay ahora mismo en el mercado.
Algo que lo que hace es lanzar al aire más interrogantes sobre su verdadera utilidad, como hace Jose Francisco Avila de Tomás, en la entrada Healthbook en iOS 8 del blog del Grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria. Preguntas tan coherentes como si tiene sentido que una persona sana esté midiéndose según qué variables, o que una enferma este monitorizada las 24h. Además contraponiendo lo que puede provocar en las personas no relacionadas con la salud o sin conocimientos el tener esos valores continuamente, algo así como una obsesión por el control de parámetros.
Pero además entra en juego la “exclusividad”. Me explico, para ser una persona que se preocupa por su salud, ¿será imprescindible vestir un complemento electrónico? (que puede resultar muy útil en muchos momentos y muy inútil en tantos otros), además muy exclusivo de una o varias marcas.
Esto puede provocar la apertura de nuevas brechas, no sólo la digital, si no la de la exclusividad. Sí que es verdad que los profesionales sanitarios y entre ellos la enfermería debe posicionarse en la promoción y educación de la salud, y en esos tiempos a través de la Tecnología. Pero estoy seguro que antes de que podamos explicar algo, grandes marcas comerciales se han hecho eco y hueco en el mundo sanitario, haciendo de la salud un negocio muy rentable a través de lo que es la cuantificación de datos, que sin explicación lo que hacen es ser huérfanos de sentido. El de Apple es el ejemplo de “me subo al carro que la salud vende”. Pero a qué precios, con lo baratos que son los consejos de tu enfermera por ejemplo, que a través de recomendaciones y educación te va a hacer más saludable que un dispositivo. Pero claro, eso no es tan exclusivo.
De nuevo, debemos aplicar el sentido común. Evidentemente que aplicativos y aplicaciones nos van a facilitar mucho la vida, pero debemos tener cuidado con no crear nuevas distancias entre las personas, ser coherentes y realistas. Que para poder estar sano no haga falta un dispositivo carísimo al alcance de unos pocos. O evitar que se creen falsas sensaciones de salud y de su manejo, que personas que adopten este tipo de dispositivos no lo vean como un símil de salud, como si tuvieran en sus manos lo que es la salud, sin tener realmente el control sobre ella. Convirtiéndose por ejemplo en un peligro para ellos mismos.
Espero vuestros comentarios, y que si algún día vestís una maravilla tecnológica de éstas la utilicéis con “sentido” o “seny” como se dice en mi tierra.
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Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es
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Hola Fernando; en primer lugar y para hacer justicia la frase del tuit es de José Francisco (de hecho en el tuit del 15 de mayo lo cita.
Yo soy un amante de las tecnologías pero con «sentidiño» (cada quien hace patria de lo suyo) e igual que con la GGlasses opino que se están ‘poniendo’ del lado equivocado con las capacidades de los werables pasa que se tiende a confundir medir con controlar… la gente sale a correr con pulsímetro y piensa que se está haciendo un holter (y esta frase SI creo que es ‘original’) de lo que much@s sabreis sacar los posibles riesgos.
Hace falta, pues, un ‘disclaimer’ muy claro de cada app, de cada werable, de cada nuevo avance porque los genios del márketing no hacen AMFE de los resultados de sus productos sino DAFO de sus ventas.
Un fuerte abrazo.
Gracias Xose por tu comentario y aclaraciones, estamos en un punto que hace falta que se advierta bien de todo lo hace o deja de hacer, de lo q sirve o para lo q deja de servir todo lo tecnológico