Casi que iniciamos 2015 como lo dejamos en 2014, con un mar revuelto en enfermería. Y es que este mar enfermero de nuestro país parece el de “cabo de hornos”, uno de los lugares en los que es más difícil navegar. Es por eso que para salir airosos y “escapar hacia adelante” es necesario trazar un plan, como nos indica el amigo @manyez en su blog Salud con Cosas, en la tradicional primera entrada del año, titulada “Escape: la revolución de 2015”
No sólo se trata de la Reivindicación de #enfermeriaVisible, llama que está perdurando en el tiempo, hay muchas, muchas cosas más. Y es que, como si de una película de piratas se tratara, nuestra nave (la enfermería) sigue aguantando ataques.
Si en Junio nos hacíamos eco de la Noticia “Enfermería no puede liderar las unidades gestión clínica”, (con el encabezado: Francisco Miralles defiende que “un profesional con un rango inferior no puede estar por encima en una estructura jerarquizada” ). Lo hacíamos en el post Un anillo para gestionarl@s a todos en que el que reclamábamos, además de la capacidad de las enfermeras para la gestión sanitaria (ya que existen muchas enfermeras capacitadas y especializadas en ello), que “…quizás sean equipos multidisplinares de personas sobradamente preparadas para ello las que deberían hacerse cargo de las gestiones sanitarias, siendo estos puestos ágiles en su renovación y cambio, siempre aportando la mejor evidencia en esos menesteres, que seguro que la hay…”
El problema más grave que se avecinaba estaba en los temidos “Corsarios” de nuestra ruta, puesto que estos defendían continuar con la jerarquización retrógrada de la Gestión sanitaria, algo que era y es fácilmente rebatible gracias a la ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), en el Artículo 10 que trata de la Gestión clínica en las organizaciones sanitarias.
Pues bien, los interesados ya disponen de “patente de Corso” que respalde sus ideas, puesto que una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) insta a la Consejería de Sanidad de dicha Comunidad a que, en el plazo de diez días, cumpla la sentencia 901/2011 de 8 de noviembre, en la que dicta que las funciones de Director del Centro, no pueden ser realizadas por cualquier tipo de profesional sanitario, sino por aquellos que ostenten la condición de Licenciado en Medicina y Cirugía. Algo a lo que el presidente de la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP), D. Francisco Javier Carrasco Rodríguez, manifiesta el total desacuerdo en el fallo de dicha sentencia, y lo hace mediante el siguiente comunicado: Comunicado Sobre la Función Directiva de las Enfermeras.
Pues bien, para eludir a estos corsarios debemos trazar un plan para escapar hacia adelante (a lo @manyez). Y la mejor manera de hacerlo es mirarnos al espejo y examinarnos para saber nuestras debilidades y fortalezas. Y esto es algo que el “maestro” @enferevidente nos aporta también el primer día del año en su blog, una traducción del resumen de un artículo “español” publicado en Nursin Inquiry, An overview of nursing in Europe: a SWOT analysis, Análisis DAFO que mira de cerca a la enfermería, a nivel Europeo. Si en el documento se muestran nuestras fortalezas y debilidades, debemos fijarnos en lo que nos amenaza, puesto que es por dónde los corsarios querrán volver a atacar. Amenazas que se vinculan a la falta de prestigio y reconocimiento social, combinado con el entorno de crisis (perpetua), y con el estado de Burnout. Pese a la Crítica Constructiva que hace @enferevidente del artículo en su post Análisis DAFO a la enfermería en Europa, es importante mirarlo como lo que podría ser un inicio para generar el plan y señalar camino, con evidencias. Al final del resumen se lee: La enfermería debe implementar estrategias para diseminar su actividad y emerger del anonimato. La enfermería debe mostrar a la sociedad la imagen que quiere proyectar.
Nos queda mucho por delante, una ruta dura llena de peligros, tanto por el entorno como por los enemigos que apareceran, esperemos ser capaces de ir trazando nuestro plan y salgamos adelante de forma airosa.
Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es
Foto portada: Algunos derechos reservados por Pascal
Hola Fernando; aunque no me gusta comentar «por alusiones» en este caso creo oportuno pasarme para puntualizar algunas cosas.
Por un lado; en el tema de la «digestión clínica» ha de decirse que los interesados han obtenido un éxito rotundo… estamos perdidos en la forma y no abordamos el fondo de la cuestión que sería la capacidad de autorganización de las unidades y su funcionamiento como un equipo multidisciplinar porque, no nos engañemos, dará igual que lo dirija un matemático si la unidad consigue «beneficios» a golpe de «ordeno y mando» será considerada un éxito… y dónde quedan los resultados en los usuarios?? dónde la capacidad de los profesionales de encortar/generar evidencias para apoyar su trabajo? dónde los espacios y momentos para hacer que los usuarios sean escuchados?… la GESTIÓN CLÍNICA así con mayúsculas no es quien decide qué se compra… por mucho que los jefes de servicio crean que es eso.
Y si, aunque creo que el artículo tiene ciertas debilidades metodológicas, yo lo hubiera dado de paso para publicar como ya dije en la entrada pues sus conclusiones a falta de la visión externa (fundamentalmente la de los ciudadanos como me señaló Natalia Pére Fuillerat) y sobre el liderazgo son válidas.
Gracias por pasarte, Salva,
y gracias por puntualizar.
Totalmente de acuerdo que los resultados de la Gestión han de tenerse en cuenta en los Usuarios, y que se ha de generar evidencia al respecto. Pero con tal manera de hacer que tienen las altas esferas estamos más cerca del matemático que de la persoan preparada para ello.
Ay!!! La enfermería… Qué es la enfermería? Quién es la enfermería? Quién la representa? Quién puede tomar esas decisiones?
Pues eso…