Son indudablemente necesarios los circuitos y/o unidades de diagnóstico rápido(1). Sus objetivos están marcados entorno a la eficiencia del sistema en, sobretodo, el diagnóstico de enfermedades potencialmente “graves”. De manera que aseguren una mejor coordinación entre los diferentes “actores” en el diagnóstico complejo, con la mayor celeridad posible, evitando el mayor número posibles de molestias a las personas que entran en estos circuitos. Con todo lo que esto puede conllevar, por ejemplo ingresos innecesarios, duplicación de pruebas, y celeridad diagnóstica.

No, no se pueden obviar sus beneficios y sus excelentes resultados. Pero a pesar de trabajar de manera eficiente, tanto para el sistema como para la persona afectada, aún puede ser posible que enmascare “diferentes niveles de ansiedad” puesto que se entra de lleno en las fauces de la enfermedad, de la incertidumbre de la pérdida del estado de salud, con lo que todo ello conlleva…

Primera Ola: No me encuentro Bien

“Algo pasa, algo no va bien. Aunque bueno no es nada. Nunca ha sido nada, seguramente se deba a lo uno o a lo otro”

Pasan los días, aquel síntoma se mantiene, se agrava o aparecen otros. El cuento de nunca acabar. Estoy seguro de que con muchas personas la cosa empieza así. Aunque no tiene porqué, ya que depende del síntoma y su gravedad. Pero nos aferramos al estado de salud como a un clavo ardiendo, no queremos enfermar. Eso es bueno, pero a veces podemos hacer oídos sordos y minimizar los síntomas, para maximizar nuestra salud. Aquel dolorcito del pecho son “agujetas” por un sobre esfuerzo, el cansancio puede ser estacional (el calor) o ese sangrado, son hemorroides…

Podemos ser nosotros mismos los que hagamos oídos sordos a lo que nos está diciendo nuestro cuerpo, podemos ser los primeros en desoír las señales. Incluso los primeros en saltar por alto las advertencias o consejos de los que tenemos al lado. Y ¿por qué? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Nuestro bien más preciado es nuestra salud, y esta no puede o no debe cambiar.

“No me encuentro bien…Finalmente cedemos en la lucha interna.

“No, no estoy bien y necesito acudir al médico”.  Con la esperanza de que no es para tanto, “que no será lo mismo que “tal o cual” que le tuvieron que operar, o que estuvo varias años en tratamientos”…

Una incertidumbre… Tras una difusa explicación de médico del “ambulatorio” (de atención primaria)  ya que no hay un diagnóstico, todo deriva en una situación: “esto hay que estudiarlo”.

Se acaba de consumar un importante hecho, una pérdida, hemos perdido el estado óptimo de salud, y eso no, no es una broma, es todo un vuelco en el que una ola, y de las grandes nos acaba de zambullir en los océanos de la enfermedad.

Segunda Ola: Derivación Urgente

“No se preocupe, esto lo miran rápido”

“No, no me preocupo pero la cosa de momento necesita de una visita urgente a un especialista”

Cuando asumimos por fin que debemos acudir al médico nos encontramos con otro “zasca”. Y es que éste nos envía al especialista con un volante urgente. Cuando los especialistas siempre tardan un montón en dar visita. El cardiólogo, el digestólogo,  siempre tiene una cola tremenda, hay listas de espera.Es algo que seguramente suma incertidumbre.

¿Me citan rápido porque la asistencia sanitaria está mejorando? ¿O porque sospechan que tengo algo grave, algo malo?”

En ocasiones podemos pensar que no leen la cantidad de papeles que entregamos a los pacientes. Pero generalmente lo hacen y en uno de ellos, en este caso pone “Derivación de carácter Urgente” Y la urgencia en salud, va ligada a la gravedad. Si es urgente es grave, si es grave es malo. En esos momentos ese dolorcito, ese sangrado comienza a adquirir dimensiones variables, diferentes. Es malo y no sé qué dimensión tiene, pero ni yo ni los médicos, y si lo saben no dicen nada… Algo similar al silencio administrativo. Eso si, le van a hacer pruebas para hacer un diagnóstico. En la cabeza del paciente comienzan los miedos. Algo buscan, me han enviado un TAC, una Colonoscopia, un Fibrogastrocopia, una Resonancia, una Ecografía…

Tercera Ola: Rompecabezas Diagnóstico

En la cabeza del paciente comienzan los miedos. Algo buscan, me han enviado un TAC, una Colonoscopia, un Fibrogastrocopia, una Resonancia, una Ecografía… El problema es que cuando buscan tanto, algo se les escapa. Es el pensamiento que fácilmente puede sobrevenir. Además hoy en día los pacientes disponen de herramientas suficientes como para buscar en internet. Buscar cosas como la conjugación del síntoma con la prueba. Por ejemplo: “sangre en heces + colonoscopia” Conjugación que en el buscador google obtiene “aproximadamente 73.500 resultados” y dónde los 2 primeros hablan de “Cáncer”(2,3).

“A mi no me han dicho Cáncer, no me han dicho nada. Están buscando el origen será eso o no?”.

Además el problema es que este rompecabezas diagnóstico viene acompañado de varias visitas. Primero esto, luego lo otro. Entre medias una analítica. Nunca es en el mismo día, en ocasiones no es siempre el mismo médico, la misma enfermera. Pero siempre son muchos y los mismos papeles. Aquí el consentimiento, demasiadas veces “desinformado”, aquí el resultado (como si no lo fuera a leer), la cita para la nueva prueba…

Un rompecabezas que el médico va a configurar para elaborar un diagnóstico. Un diagnóstico que quizás el paciente sospecha. Un diagnóstico que es una nueva ola oceánica que está golpeandonos más fuerte si cabe.

Cuarta Ola: No entiendo nada

Tras la marea, viene una aparente calma. Por fín algo que seguro parece un diagnóstico. El cansancio era una anemia, el sangrado su causa. Sangrado que no proviene de hemorroides, si no que viene del tracto digestivo. Del colon concretamente, de una “lesión” que contiene células extrañas que se ha de extirpar.

En la cabeza del paciente ronda la palabra “cáncer”…

“¿es o no es?¿Bueno o malo? ¿Pregunto? Si fuera me lo diría ¿verdad?”

Junto a la retahíla de pruebas realizadas y con sus resultados, más visitas y más consultas. Se han de hacer nuevos exámenes para valorar cómo operar, se ha de visitar con tal o con cual, el anestesista, el laboratorio,  se fijan nuevas fechas… de nuevo la frase “tranquilo, que esto va a ir rápido. Finalmente un día, una intervención, un tratamiento…

En la cabeza del paciente.. Vacío absoluto, no entiende nada, no quiere mirar internet, no quiere explicaciones. Hay una fecha, un tratamiento, no entiende nada, no quiere entender, se va a pasar a la acción…

Quinta Ola: Incertidumbre

Instaurado en la incertidumbre. Me han de operar. Dicen que irá bien. Eso es lo que se espera. ¿Será así? Dicen células tal, células cual, se han de extirpar. Habrán más en otro lugar. Este es el camino, pero después ¿qué?

Incertidumbre de futuro y de presente. El pasado queda atrás lejano, a pesar de ser un pasado cercano, No había un problema de salud de los llamados graves. El presente es otro pero el futuro es el que parece: un Tsunami con una quinta ola de incertidumbre. Cómo irá todo después del tratamiento. Silencios, pensamientos y distracciones. El futuro  se ha de escribir, pero este oleaje lo ha marcado.

Discusión.

Historia real o no, ficticia o simulada, puede reflejar un universo tipo en lo que son los procesos de diagnósticos rápido. Como decía en la introducción estos circuitos se programan con la intención de agilizar diagnósticos, para favorecer la resolución del problema de la manera más satisfactoria para el paciente y para el sistema. Menos ingresos, menos tiempo, más agilidad, que además asegura minimizar impactos de enfermedades como el cáncer colorrectal o de pulmón (4,5).

Pero a pesar de esto, existe un impacto para la persona que se ha de incluir en el circuito, el emocional. La persona diagnosticada pasa de manera fugaz del estado de salud al de enfermedad. Con lo que todo ello conlleva, estar enfermo de “repente”. Ser manipulado por aquí y por allí, llevado por circuitos diagnósticos, pruebas,  visitas y tratamientos. Casi sin tiempo de reacción con preguntas que hacer y que hacerse.

Se vela por minimizar este impacto en las personas. El caso es que no lo se, pero la impresión de este tipo de circuitos es que todo es rápido. Las visitas son rápidas, los resultados son rápidos, las preguntas son muchas, las explicaciones son rápidas.

Referencias:

1.Circuito de diagnóstico rápido. Cáncer. Generalitat de Catalunya (Gencat.cat). [Sede Web] 2017. [Consultado el 20 de Junio de 2017] Disponible en:

http://cancer.gencat.cat/es/professionals/diagnostic/circuit_de_diagnostic_rapid/

2.Pruebas para detectar el cáncer colorrectal. American Cancer Society.[Sede Web] 2017. [Consultado el 20 de Junio de 2017] Disponible en: http://www.cancer.org/espanol/cancer/colonyrecto/recursosadicionales/fragmentado/deteccion-temprana-del-cancer-colorrectal-screening-tests-used

3.Diagnóstico precoz del cáncer de colon. Asociación Española Contra el Cáncer. [Sede Web] 2017. [Consultado el 20 de Junio de 2017] Disponible en: https://www.aecc.es/SOBREELCANCER/CANCERPORLOCALIZACION/CANCERDECOLON/Paginas/diagnosticoprecoz.aspx

4.Hueto Pérez De Heredia J; Cebollero Rivas P; Cascante Rodrigo J; et Al. Evaluación de la utilización de una consulta de diagnóstico rápido de cáncer de pulmón. Tiempos de demora diagnóstica y terapéutica. Archivos de Bronconeumología, 2012 vol: 48 (8) pp: 267-273 Disponible en: http://www.archbronconeumol.org/es/evaluacion-utilizacion-una-consulta-diagnostico/articulo/S030028961200107X/

5.Capell S, Comas P, Piella T, Rigau J, et Al. Unidad de diagnóstico rápido: un modelo asistencial eficaz y eficiente. Experiencia de 5 años. Medicina Clínica, Vol: 123 (7), Septiembre 2004, pp: 247-250 Disponible en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025775304744784

 

Nota Aclaratoria:

Ahora hace ya aproximadamente una año de que escribiera este texto. Haciéndolo desde el otro lado, manifestando vivencias y sentimientos, de lo que suposo como familiar y acompañante el hecho de un proceso de diagnóstico rápido. Proceso que por suerte cumplió con su función y efecto deseado.  Todo eso ahora hace un año…