Image: ‘Medical/Surgical Operative Photography’
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La disciplina enfermera, aunque no les parezca a aquellos que son ajenos a la profesión y la ven desde fuera, precisa de un grado de especialización para su desarrollo. Existe una figura, la enfermera, pero coexisten muchos tipos de enfermeras, especializadas todas ellas en ámbitos muy diferentes, y en los que el desarrollo del potencial enfermero ocupa roles muy diversos. Esto no es algo nuevo, es algo inherente a la disciplina enfermera.
Aunque sea algo que no se haya gritado al viento, las enfermeras especialistas han existido y existirán, incluso con reconocimiento de las autoridades y regulación legal. Probablemente la humildad y sencillez de la propia enfermería ha provocado que tanto en hospitales como en consultorios y demás, en los carteles del despacho sólo rezara el título de enfermera, y no se introdujera la coletilla. Cuando vamos al médico, siempre sabemos a cual vamos, y no me refiero a la persona, me refiero al tipo. Al de cabecera, al traumatólogo, al pediatra, al cirujano, al oftalmólogo, al neurólogo…
Hasta que salió en 2005 el Real Decreto 450/2005 sobre Especialidades de Enfermería, estas estaban ordenadas en las siguientes:
- Neurología.
- Urología y Nefrología.
- Análisis Clínicos.
- Radiología y Electrología.
- Enfermería de Cuidados Especiales.
- Pediatría y Puericultura.
- Psiquiatría.
- Asistencia Obstétrica (Matrona).
- Enfermería de Salud Comunitaria.
- Gerencia y Administración de Enfermería.
Quizás de todas ellas, la especialidad de Asistencia Obstétrica (Matrona), fue la que supo posicionarse mejor en el entorno, y adquirir una dimensión y posición social, una identidad propia para el ciudadano de a pié. Con la nueva ordenación del Real Decreto 450/2005, se cambiaron la especialidades, se reordenaron en las siguientes:
- Enfermería Obstétrico – Ginecológica (Matrona).
- Enfermería de Salud Mental.
- Enfermería Geriátrica.
- Enfermería del Trabajo.
- Enfermería de Cuidados Médico – Quirúrgicos.
- Enfermería Familiar y Comunitaria.
- Enfermería Pediátrica.
Según especifica el Real Decreto 450/2005 , que entró en vigor el 7 de mayo de 2005, El Título de Especialista es expedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Es de carácter oficial y tiene validez en todo el territorio nacional. Es necesario para utilizar de forma precisa la denominación de Enfermero Especialista y para ejercer la profesión como tal. Es necesario para ocupar puestos de trabajo con denominación de Especialista en Centros y establecimientos públicos y privados.
Desde de 2005, se ha ido reordenando a los profesionales en las diferentes especialidades. El acceso a las especialidades se ha planteado a través de diferentes vías.
- Enfermero interno residente
- Cambio de título de especialista
- Acceso excepcional al título de Enfermero Especialista
- Especialidad de enfermería de salud mental
- Acceso automático a la Especialidad de Enfermería del Trabajo
- Acceso excepcional al título de enfermería del trabajo
En seis de las siete especialidades, ya se han ofertado plazas de EIR (Enfermeros Internos Residentes), pero existe una que todavía esta flotando. Se trata de la Especialidad de Cuidados Médico-Quirúrgicos.
Puede parecer que una reordenación tan importante y “elegante” esté bien estructurada y programada. Pero ya son 8 años sin tener noticias de esta especialidad, y parece que definir el contenido de la especialidad está resultando bastante difícil. No es de extrañar, ya que se intenta meter en un mismo saco a un elevado número de profesionales especializados realmente (y no por Real decreto) en áreas muy diversas.
Para hacer entender a las personas ajenas a la profesión, os propongo un ejercicio de imaginación:
Imaginemos un Hospital General que integre todos los servicios posibles. Según la ordenación existen 7 tipos de enfermeras, vamos a pensar en ellas. Tenemos las enfermeras de pediatría, las enfermeras del consultorio (comunitaria y familiar), las matronas (que no todas las enfermeras de ginecología y obstetricia), las enfermeras de salud mental, las de geriatría, y las del trabajo (que se ubicarían por ejemplo en prevención de riesgos laborales). Y tan sólo nos quedan las de los cuidados médico-quirúrgicos. Cuáles son estas dentro del Hospital, pues son todas las demás, sumando las que no son matronas del área de ginecología.
La Medico-Quirúrgica incluye a una especia enfermera Superdotada, una especie de Superheroe de enfermería extraído del mundo de los cómics, que posee capacidades increíbles. Tiene la capacidad de mutar. Una enfermera mutante que posee unos conocimientos extraordinarios y puede ocupar cualquier lugar en un hospital.
Hablando en serio, en un interesante artículo publicado en la revista Enfermería Clínica (1), que reflexiona sobre el programa formativo de esta especialidad, se pregunta si ha sido acertado el enfoque dado a las nuevas especialidades, si la especialidad de cuidados médico-quirúrgicos se ha convertido en un “cajón de sastre” debido a la amplitud de contenidos que engloba.
El borrador ministerial para el programa formativo de la especialidad, según nos cuentan los autores del artículo, define tres áreas de capacitación para esta especialidad:
- Cuidados periquirúrgicos y perintervencionistas
- Cuidados a pacientes crónicos complejos
- Cuidados a pacientes críticos y de urgencias
Realmente sea como sea, serán (y seremos) superenfermeras. Es muy importante lo que propone el artículo y cito textualmente:
Entendemos que las enfermeras especialistas deben definirse como enfermeras con competencias específicas para ofrecer una atención segura y unos cuidados de calidad, eficientes y basados en principios científico-técnicos, en un ámbito clínico concreto.
Realmente creo que el problema reside en que faltan especialidades, una forma de definirlas puede ser rastrear la gran cantidad de Másters Universitarios, tanto oficiales como no, que lo que pretenden es dar Capacitación específica, para desempeñar ciertas prácticas. Unificar los criterios de las materias de éstos y de esa forma entender que especialidades son las que faltan. Existen muchas áreas de capacitación, existen másteres en urgencias, paliativos, oncología, cirugía, quirófano, UCI, gestión…
Lo que está claro es la que la Superenfermera MQ, está en muchos profesionales de enfermería, y como dicen los compañeros de la inicitiavia #conLdeenfermera, han de ponerse la L de prácticas, cada vez que por caprichos del destino, sean destinadas a un servicio distinto sin que se reconozcan sus competencias específicas, algo que sin duda también pone en riesgo la seguridad del paciente.
Fernando Campaña Castillo
Futuro Enfermero Médico-Quirúrgico : )
(1) Padilla Marín, C.; Camacho Bejarano, R.;Domínguez Guerrero, F.; Terol Fernández, E.; Padín López, S.; Reflexiones sobre el borrador del programa formativo de la especialidad de enfermería en cuidados médico-quirúrgicos
Con una de las autoras de ese artículo estuviste cenando hace bien poco en Cädiz. Saludos Fernando. Queda muy mucho!
Estas en todas, maestro! Largo muy largo se prevé el camino.
Gracias, nos seguimos leyendo!
Buena entrada, muy necesaria. Hace falta un poco más de reflexión sobre el tema porque el decreto de 2005 solucionó lo fácil (matrona, trabajo, salud mental si se quiere) pero embarulló innecesariamente el resto. Porque tomando los ejemplos más sencillos, ¿pueden convivir en un centro de salud una enfemera de cuidados generales y una enfermera especialista en familia y comunitaria? ¿Cómo se repartirían las tareas y responsabilidades? O bien, ¿apostamos por un perfil de atención al niño sano en primaria para las enfermeras especialistas en pediatría (y de paso, que falta haría, enviamos a los pediatras a la atención especializada) o pretendemos que la misma formación EIR les valga (como a los pediatras) para estar lo mismo a un roto (AP) que a un descosido (UCI neonatal)?
Para mí que el gran cacao de los ‘expertos’ que diseñaron el decreto de 2005 fue ocasionado por la necesidad de dar acceso al título de especialistas por la vía ‘excepcional’ a miles de enfermeras que llevaban decenas de años en unidades MQ especializadas. De ahí que siga sin resolverse. Desde luego, si no hubieran tenido esa rémora casi inevitable y les hubieran dejado diseñar un sistema ex novo sin pesadas herencias, o eran de todas formas muy catetos, o lo hubieran sabido hacer mucho mejor.
Para finalizar: a) no todas las competencias enfermeras avanzadas deben venir de la especialización: la especialización debería orientarse a dar respuestas (herramientas, conocimientos) globales a problemas locales y los máster a dar respuestas locales a problemas globales, perdón por la simplificación y el hermetismo; b) la enfermería no debería perseguir un modelo de organización de sus prácticas similar al de la medicina, aunque solo fuera porque este es un verdadero desastre; c) ¿tiene sentido empeñarse en mantener la figura de la enfermera de cuidados generales? Si es así, ¿cómo compartimentamos el sistema para que convivan generalistas y especialistas?
Eso sí, siempre pensando, no en lo que necesitan las enfermeras, sino en lo que necesitan los pacientes y los servicios de salud. Enhorabuena por el blog, hacía falta.
Gracias por tu comentario, que sin duda enriquece la entrada. Realemnte en el artículo que cito, hablan de la figura de la enfermera de prácticas avanzadas, figura que se orienta a lo que dices un perfil de enfermera que se va profesionalizando, y va adquiriendo diferentes competencias durante su carrera. Gracias de nuevo.
Hola nuevamente Fernando. Por aquí me paso a recomentar algo de lo que llevo escribiendo desde el día siguente que salió el Real Decreto 450/2005, desde que fui persiguiendo a Romero Nieva por los pasillos de la facultad de medicina de la complutense en 2007, desde que lo llamé antes de hablar en Portugal en 2008…
Sobre el tema de este desaguisado repetir aquí lo ya escrito y comentado sobre mi parecer: veo más práctico para la profesión y para el sistema sanitario público al que quiero servir un esquema de puestos vinculados a competencias (certificadas eso si, no sólo adquiridas por experiencia) y, en algunas áreas, a lo que llamamos práctica avanzada que entrar en el maremagnum de un período de residencia «cajón de sastre» que parece que te lleva a alguna parte pero te deja tan ‘polivantente’ como antes sólo que ahora nisiquiera habrá (durante un tiempo) categoría profesional o plazas en la misma a las que echarles el guante…
Juan F. Resume mejor que yo esas «disinencias» que tienen algunas ‘especialidades’… y creo que el principal problema ha sido y es tratar de seguir el mismo modelo formativo y el mismo esquema divisorio de las competencias y habilidades que las otras profesiones tituladas sanitarias…
Gracias por tu aportación! Sin duda la disciplina enfermera debe desarrollarse por sí misma, creciendo alrededor de su rol autónomo y no fijándose en otras disciplinas que ha de considerar como independientes e iguales. La profesionalización debe realizarse a partir de las competencias específicas que desarrollan los diferentes ‘tipos de enfermera’.
Gracias de nuevo!