brentry

Es lógico que en las últimas semanas se haya puesto el acento en la profesión enfermera y el Brexit. El que, según datos del Colegio de Enfermería británico, haya más de 7 mil enfermeros españoles registrados en el país, hace esto comprensible.

Una simple búsqueda en google te puede orientar a la sensación de incertidumbre, a causa del Brexit, que invade a los profesionales sanitarios, ya no sólo enfermeros, que decidieron trasladarse a tierras británicas. Evidentemente se trata de un escenario nuevo para todos, incluso para los británicos, y dónde seguramente las políticas y los tratados revisados serán muy importantes.

El caso es que, con el va y ven de enfermeros allí emigrados, las experiencias que éstos nos narran son de muy diversa índole. Es algo que tiene mucho que ver con la vivencia de cada cual. Y es algo que nos puede llevar a encontrar noticias con enfoques contrapuestos. Por ejemplo, el titular del diario La voz de Galicia Los enfermeros gallegos, sin miedo al «brexit»: Se sienten reconocidos en el Reino Unido y no se plantean volver por la marcha del país de la Unión Europea. Titular que contrasta y mucho con el de “el Confidencial”: Miles de enfermeras vuelven de Reino Unido: «¿Inglaterra es fenomenal? ¡Y una leche!» Si nos adentramos en ambas noticias, tanto énfasis como enfoques son diferentes, pero ambas hablan de lo mismo en el fondo. Me refiero a las vivencias de los profesionales enfermeros emigrados.

En la noticia de la voz de Galicia, el tono y las crónicas de los enfermeros muestran un panorama que invita a dar el paso. Un entorno comprensivo con las dificultades idiomáticas, con oportunidades para seguir creciendo profesionalmente, e incluso un lugar para quedarse, a pesar del Brexit. Sin embargo el panorama que describen desde la segunda noticia es más gris, un pequeño infierno, lleno de trabas y dificultades que se han agravado con el Brexit. Pudiera ser que a los “gallegos” les resulte más fácil adaptarse a un clima gris y lluvioso. Pero insisto en que es muy importante entender que se trata de la propiocepción que tienen los testimonios de las noticias. Y además que a veces es muy difícil adaptarse a un entorno nuevo, clima diferente, costumbres diferentes, realizando un trabajo con personas de una cultura también muy distinta.

Pero mi planteamiento es un tanto diferente. Realmente desconozco la realidad enfermera británica y lo que conozco es por la impresiones que me trasladan conocidos, lo que leo por las propias redes sociales o lo que se explica en noticias como las referidas. Quizás igual que tú.  Pero me planteo… ¿que lleva a un número tan elevado de enfermeros españoles a buscar trabajo en Inglaterra? ¿y en otros países? Esto serían los motivos de lo contrario al Brexit,  es decir los motivos del “Brentry”. Término que surgió en una conversación privada de whatsapp con un compañero.

Y quién mejor que los propios protagonistas para describir estos motivos. Las hipótesis pueden ser muchas y muy variadas. La falta de empleo, la saturación de las bolsas de trabajo, el tipo de empleo que se encuentra, precario y eventual, los salarios, el reconocimiento profesional, las oportunidades de crecimiento, o lo que algunos reconocen en los artículos citados: generar “puntos” para la bolsa. También caben el perfeccionamiento del idioma, el vivir experiencias, recorrer mundo, etc… Seguramente un sin fin de motivos, entremezclando los profesionales con los personales. Aunque si que que está claro que el movimiento “migratorio” mantenido en el tiempo, no responde a un casual.

Es por eso que me gustaría hacer un llamamiento y pedir en este post que aquellos enfermeros que hayan vivido la experiencia nos dijeran sus motivos a través de este post.

¿Te atreverías?

¿No cuentas tus motivos del Brentry?