Los espacios de educación han cambiado en los últimos años, y seguirán haciéndolo. Las competencias enfermeras se han visto afectadas por ello, al igual que la docencia y el desarrollo profesional.

Una vez más un magnífico post de Meritxell Sastre acompañada por una compañera, Merçè Prat, para ilustrar los todos estos cambios y como los están viviendo en su propia piel, al dar el paso hacia la docencia. No os robo más tiempo de lectura y de nuevo gracias “Meri” por tu generosidad al compartir en este espacio.

Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es

Fotografía, Algunos derechos reservados por maitecastillofotografia

12265409585_ab76b6be23_cHace ya unos meses que decidimos colgar la bata para dedicarnos a enseñar aquello que tanto amamos;  nuestra profesión enfermera.  Fue una decisión meditada y reflexionada, pues dejábamos atrás muchos años de disfrute y lucha en  nuestro trabajo.

La EUI Gimbernat nos recibió con un trato exquisito y desde el principio todo han sido facilidades para formarnos, aprender, innovar y mejorar en nuestra actividad docente.

Pero desde el principio una palabra volaba por el ambiente: Doctorado. La necesidad de estar cursando o acabando el Máster Oficial y plantearse el acceso al Doctorado como algo indispensable para desarrollar nuestro nuevo trabajo es un tema que nos inquietaba y que a su vez, nos obligaba a embarcarnos en otro nuevo reto personal.

Desde que apareció la posibilidad de acceder al Doctorado de Enfermería sin necesidad de Licenciarse en otra carrera universitaria, muchas de nosotras ya sentíamos las ganas personales de poder acceder y así crecer tanto a nivel profesional como personal. Otras, disfrutamos cuando pudimos acceder, por fin,  al reconocimiento de nuestra Especialidad y otras seguían disfrutando con su parte asistencial.

Por todo ello, como estudiantes de Doctorado y profesoras de la Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat i Tomàs Cerdà (adscrita a la UAB), nos planteamos escribir este post para compartir nuestras dudas, miedos y conocimientos en la ardua tarea de Doctorarse.

El EESS se define como el proceso de creación de una zona europea con una unidad de medidas única que permite valorar los estudios superiores de Europa con criterios comunes. El objetivo es facilitar el intercambio de titulados, adaptar el contenido de los estudios y mejorar su calidad a través de los famosos ECTS.

En la Declaración de Bolonia firmada en junio del 1999, se dio inicio al llamado Espacio Europeo de Educación Superior (EESS) para unificar criterios educativos de todos los centros europeos. Cambiábamos las anteriores 10 horas por crédito de nuestras carreras universitarias para utilizar los ECTS: European Credit Transfer System que equivalen a 25 horas de trabajo del estudiante.

El Plan Bolonia divide la enseñanza superior en tres niveles: el grado  que tiene una duración de cuatro años, 240 horas y sustituye a las diplomaturas y licenciaturas; el Máster que supone una especialización en un ámbito concreto o multidisciplinar y puede tener una duración de un año (60 ECTS) o dos (120 ECTS) y el Doctorado al que se accede a través de un Máster Oficial.  Teniendo en cuenta este contexto formativo, no podemos olvidar, que el año pasado muchas de las escuelas de enfermería graduaron a su primera promoción. Se enfrentaron al reto de ser los primeros, estudiaron el nuevo plan de estudios, superaron una formación que les exigía una actitud más activa pero que a día de hoy y paradójicamente, se enfrentan a un nuevo reto: el peor mercado laboral de los últimos años.

En todo este proceso de cambio nos surgen muchas dudas, especialmente al finalizar el Máster y ponerle fecha de inicio en los estudios de Doctorado.

En primer lugar debemos escoger en qué Universidad inscribir la Tesis. Empezamos la búsqueda un poco influenciadas por dónde realizamos el Máster Oficial y la confianza a lo conocido. ¿Debemos escoger Universidad en función de sus líneas de investigación? Quizás nos interesa alguna de sus líneas pero no sentimos afinidad o simplemente desconocemos a sus investigadores. También puede pasar que tengamos muy claro quién queremos que nos dirija la tesis pero no forma parte de ninguna línea de investigación. ¿Siempre podemos escoger director o bien la Comisión Académica de cada programa de doctorado nos lo asigna? ¿Qué orden tenemos que seguir? Primero nos matriculamos en los estudios Oficiales de Doctorado y después si somos admitidas,  ¿se nos asigna una línea de investigación y un director de Tesis? Nos seguimos sintiendo perdidas ante estos trámites y no sabemos si tenemos la posibilidad de escoger algo al respecto. Como profesoras de la EUI Gimbernat, tenemos la suerte de poder resolver alguna de estas dudas con nuestros compañeros ya Doctorados, pero no hay una información reglada sobre el tema.

La elección de los directores y tutores de tesis no es fácil ya que a nuestro modo de ver, deben constituir un apoyo para el duro camino que supone la obtención del doctorado y ayudar a que pueda llegar a ser una experiencia agradable. Existen directores y tutores que valoran, ayudan y animan cuando las cosas no salen bien, pero ¿siempre es así? Es más… ¿Cuál es la diferencia entre tutor y director de Tesis?

Una vez inscrita la tesis seguimos navegando con nuestras inseguridades: las comisiones de seguimiento de Doctorado, nos asustamos cuando nos convocan a nuestra primera defensa ante un tribunal, saber quien forma parte de ellas y cuál es su objetivo. Sentimientos de duda siguen influyendo en nuestro esfuerzo y trabajo diario.

En algunas universidades aparece el dato  del tiempo requerido o establecido para la realización del Doctorado, pero teniendo en cuenta nuestra carga laboral y la utópica conciliación familiar que tenemos la mayoría de las mujeres en activo, nos planteamos si tenemos fecha límite: más presión para realizarlo.

Leyendo artículos sobre el tema, encontramos opiniones que manifiestan de  vital importancia fomentar la consecución del Doctorado por el mayor número posible de enfermeras por que las plazas de enfermería que vayan quedando libres y las de nueva creación podrían ser ocupadas por titulados en otras disciplinas que si dispusieran de Doctorado.

Otro planteamiento son las inquietudes que llevan una enfermera a doctorarse; desde el ámbito de la docencia es necesario estar en posesión como requisito imprescindible para desarrollar tu trabajo u optar a plazas de Profesor Titular de la Universidad. Y nos atrevemos a lanzar una pregunta atrevida: ¿la calidad de nuestra docencia depende de estar o no doctoradas? ¿Debería ser una inquietud personal o una exigencia académica? ¿Es lo mismo enseñar que investigar? ¿Deben ir de la mano?

Y en este embrollo de cambios profesionales, en la situación de crisis socio económica donde todo es variable, tenemos mucho por definir: diplomados, graduados, Máster oficial o no, especialidad, doctorado…qué y para qué.  Y no podemos olvidar que todo esto debe estar acorde con el sistema sanitario y universitario, difícil trabajo.  ¿Quién nos ayuda? ¿Tenemos alguna o algunas organizaciones oficiales capaces de organizarlo de forma transparente? Y mientras nosotras seguimos felices con nuestro trabajo como docentes  y buscando fecha para la inscripción al Doctorado,  tenemos una oferta de trabajo no remunerada pero muy importante para la profesión: buscamos a una enfermera doctora valiente capaz de poner orden a todo ésto. 

Meritxell  Sastre (@txellsastre10)

Merçè Prat

Profesoras en la  Escuela Universitaria de Enfermería  Gimbernat (UAB).