rubius

Lo más sencillo estos días sería recoger todo aquello vivido durante una intensa semana. Realmente ha sido muy intensa. Junto a los compañeros de “2Rescapp” he compartido 3 días de innovación, encuentros, desvirtualizaciones y conferencias. Incluso he podido llevar #healthio hasta la jornada #Gandia20.

Pero voy a hablaros de algo que me ronda la cabeza desde hace tiempo. Se trata de la influencia de los “influencers” (valga la redundancia) de masas en la salud de las personas, o incluso de la sociedad. Y para ilustrarlo, creo que no hay mejor ejemplo que el nuevo impuesto de las bebidas azucaradas en Cataluña versus los spots publicitarios que protagoniza el famoso Youtuber “Rubius”.

Empecemos por el nuevo impuesto a las bebidas azucaradas. Pese a lo novedoso que pueda parecer, lo que se pretende es seguir con las directrices de la OMS, penalizando el consumo de este tipo de productos. Aquí una de las noticias al respecto:  Los refrescos suben este lunes hasta un 50% en Cataluña. Realmente se puede hablar mucho sobre este tema. Pero quién hizo un exhaustivo “resumen” el pasado diciembre fue el amigo @manyez. Y lo hizo a modo de 10 puntos claves en la entrada: Lo del impuesto de las bebidas azucaradas en 10 puntos. Puntos que me tomo la libertad de resumir:

  1. Este tipo de impuesto debe formar parte de una estrategia completa de promoción de la salud.
  2. Hay evidencias a favor de este tipo de impuesto, pero se ha de tener en cuenta el entorno y las demás políticas que se aplican al medir el impacto.
  3. Se ha de tener en cuenta los productos sustitutivos.
  4. Este tipo de medidas suele afectar a los ciudadanos de renta más bajas.
  5. Diseñar el impuesto, de manera que no lo asuma el fabricante, por ejemplo.
  6. Estas políticas tienen un carácter paternalista.
  7. En algunos países ha funcionado bien la medida, como por ejemplo México.
  8. Existen voces críticas contra estas medidas, con argumentos como el del mercado secundario.
  9. También hay quien exige más control directo sobre la fabricación y la publicidad que se realiza por parte de los fabricantes.
  10. Por último, los intereses de la industria, los lobbies del azúcar y las grandes empresas que venden estos productos.

El caso es que mientras se pone o no en marcha este tipo impositivo, la industria ya lleva mucho pero mucho tiempo contrarrestando el efecto que estas medidas puedan tener. Una manera de hacerlo es el marketing. El marketing a gran escala, con objetivos bien definidos, y adaptándose de una manera rápida al mundo digital. Y es aquí dónde se puede poner de ejemplo al famoso “Rubius”. Aquellos que tengáis hijos pequeños en la edad de “papá quiero ser Youtuber”, lo conoceréis. Aquí os dejo un video de Youtube que muestra las campañas publicitarias del refresco en los últimos 3 años.

3 años en los que la marca comercial, está poniendo el foco en la población joven o muy joven, a través de un “influencer”. Sin ningún tipo de tapujos, sembrando la “sed” de la bebida azucarada en los consumidores del futuro, y de paso anulando cualquier efecto que cualquier política como el nuevo tipo impositivo, pueda tener.

Y es que el poder y la capacidad de influir en la sociedad por parte de los influencers es brutal. Os imagináis si una estrella de este nivel se alineara con la promoción de la salud o hábitos saludables. Por ejemplo, si en vez de tomarse un refresco, se estuviera comiendo una manzana. Es mucho más extenso el efecto de estas personas del que nos pensamos, y se han de tener en cuenta, mirando sobre todo a futuro. ¿Cual puede ser su impacto? Pues descomunal, un ejemplo esta noticia, La revista ‘Time’ incluye a ‘El Rubius’ en su lista de ‘Líderes de la Próxima Generación‘.

Nos falta capacidad de adaptación

Y es aquí donde entra la capacidad de adaptación que le falta a todo el sistema sanitario, las políticas de salud pública, profesionales sanitarios y demás actores en lo que sería la promoción de la salud. Es verdad que resultaría más que difícil, extraño, que un youtuber sanitario alcance esos niveles. Pero no sería descabellado utilizar a los influencers en la aplicación de campañas de promoción de la salud, por ejemplo.

El caso, que las redes sociales avanzan. No se trata solo de Youtube, si no de Instagram, Snapchat, Twitter, facebook y el largo etc… Se trata de que además de estar en esos canales, debemos saber estar. Y las instituciones y demás, han de utilizar las herramientas y los recursos disponibles para la promoción de la salud. Se han de adaptar de manera rápida a los cambios y actuar. Y ¿por qué? Pues sencillamente porque estas redes afectan a la salud de las personas, puesto que se trata del mundo y la vida real, aunque de manera digital. Otro buen ejemplo de ello puede ser la cultura “selfie” y cómo puede afectar en los trastornos de la conducta alimentaria.

Debería incluirse en las políticas de promoción de la salud todo este “universo 2.0” de forma activa. No vale sólo con estar, sino que se ha de “saber estar”, aplicando por ejemplo estrategias de marketing digital, y por supuesto evaluar siempre los resultados,.