Hoy me complace presentaros a un nuevo colaborador de Nuestraenfermeria.es, se trata de Ramiro Ortegón, enfermero responsable de salud en la Asociación SEER ( Salud y Educación de la Emoción y la Razón), cuya visión y planteamientos sobre la educación para la salud no os dejarán indiferentes y os provocará muchos replanteamientos… Gracias Ramiro por compartir en Nuestra Enfermería.
Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es
Asistes, Curas o Sanas?

Imagen – Salud Integral
Extraída de:
Formación “Salud y Educación Emocional, Educando para la Salud desde un nuevo paradigma” – Ramiro Ortegón (creación propia)
Associació SEER en colaboración con Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria (Octubre 2014)
¿Te has planteado alguna vez el sentido de la salud en ti?
Quizá tu concepto de salud se define gracias a los significados que las personas a través de las instituciones han otorgado con el paso de los años. Quizá tu vivencia de la enfermería se ajusta a dichas definiciones. ¿Qué pasaría si olvidáramos los significados y nos planteásemos los sentidos de nuestra salud?
Parece ser que, como profesionales enfermeros, nos hemos centrado en el cuidado de la salud. ¿Qué salud cuidas? La enfermería asistencial no es sólo asistente, ¡es enfermera! Más allá del asistir, cuando algo está en desequilibrio nuestro trabajo nos permite acceder al ser humano desde las curas y los cuidados, ¿con qué fin? ¿Cuidar, curar, sanar?
Si nos dedicamos al cuidado de la salud, hábitos saludables, actividades sanas, salud integral, sanidad, salubridad… ¿Tiene sentido plantear que tú y yo, como enfermeros/as, nos dedicamos a sanar? De ser así, entonces cuando el paciente ingresa no sólo asistiríamos la lesión o la enfermedad, acompañaríamos toda su realidad humana (salud integral) para permitir el espacio desde dónde pueda sanar sus desequilibrios. Y entonces te planteo… ¿Es posible conseguir sanar si no te sanas a ti mismo/a?
Ramiro Ortegón
Estaríamos ante el planteamiento del «encuentro con el otro», de nuestra respuesta ante ese encuentro, de nuestra percepción en el encuentro del otro. Dice Laín Entralgo que «percibiendo al otro soy persona y respondo (…) Responder, en consecuencia, es empeñarse, obligarse a comprometerse, prometer algo recíprocamente (…) Respondiendo al otro, yo respondo ante él, de él y de mí. Lo cual quiere decir que encontrándome con el otro me ecuentro también conmigo mismo, con lo que yo soy.» Creo que ese es el sentido que debemos dar como enfermeros a nuestro contacto con los pacientes.
En este sentido, la respuesta a la última pregunta de la entrada es «no».
Me parece muy acertada la siguiente cita de R.C.Kwant: «Lo que el encuentro tiene de característico es que en él nosotros nos hacemos ser uno al otro».
Me surge la idea de IDENTIDAD, cuando eres una persona «idéntica», eres idéntica y por tanto igual aunque diferente al otro/a. Cuando construyes tu identidad como ser humano y profesional enfermero desde el sanar, trabajas desde el yo.
Dicen que los ojos son el espejo del alma, entonces, eso significa qué: yo enfermero/a, cuando te miro, tus ojos me reflejan aquello que hay en mi?
Empezamos pues, a sanar con las miradas, cambiando el punto de vista.
Gracias Jaume Riu!
De entrada, a mí me gusta decir que atendemos y trabajamos con personas sanas o enfermas… no pacientes (en algunas administraciones gustan más del concepto aséptico y desdichado de «usuario»).
Dicho esto, primero se tiene que establecer qué se entiende por SALUD… no se puede buscar un equilibrio que no se sabe cual es. Lejos de definiciones farragosas, yo veo el concepto de SALUD como un equilibrio que permite a la persona interrelacionarse con el medio (social, pfamiliar, laboral, de ocio…) y consigo mismo. Si uno no tiene como persona ese equilibrio, difícilmente puede aspirar a ayudar a otros a que lo consigan. ¿Sanar? sí, quizá esa pueda ser la palabra. También la de curar me vale.
No tengo conocimientos teóricos ni lecturas en este sentido que puedan respaldar lo que afirmo, pero es mi filosofía profesional.
Interesante entrada, sin duda.
Un saludo… y besos miles
Gracias Lola, que bonito dar juego a la reflexión!
En cuanto al «paciente»..! que bueno, no me había ni dado cuenta al escribir, contaminado por los vicios del día a día en el hospital. Aún así, interesante reflexionar.. y es que si le damos el significado a «paciente» en el origen griego «pathos» en relación al sufrimiento humano, pues en fin… pero y si en vez de eso le damos sentido de «paz-ente», siendo «ente» todo aquello con capacidad de ser percibido, podríamos, al ser «paciente», ser aquellos/as con capacidad o potencial para percibir la «paz»?
¿Trabajar con personas «sanas» o «enfermas» implicaría que si estoy enfermo no tengo salud? O quizá, aún con la enfermedad, ¿puedo tener salud? depende de la salud de qué cuerpo.. ¿quizá? jej para darle también un par de vueltas!!
Salud!!
Hola, Ramiro:
por eso mismo que expones… yo no uso el concepto paciente, sino persona. Me da igual que esté sana o enferma…, bueno, no me da igual, supongo que me entiendes. Trabajo con personas que necesitan nuestros cuidados tanto para fomentar, preservar o restaurar su salud.
Me fascina las vueltas que pueden dar los conceptos. 😀
Besos miles y salud!