Casi sin tregua retomamos la actividad bloguera de Nuestraenfermeria.es. Y lo hacemos con fuerza. Como veis en el título de este post se trata de un tema, además de impactante, importante. Algo que se debería tener muy presente, el suicidio, a nivel social. Fue durante la I Jornada infermera de recerca i innovació en salut mental “Estació d’enllaç”  el lugar dónde escuché al Sr Javier Montes hablar sobre el suicidio en los profesionales de enfermería. Mediante una entrevista realizada por su compañera Meritxell Sastre Rus, ( Professora Titular E.U.I Gimbernat al igual que el Sr. J Montes), nos explicará más en profundidad su trabajo.

Gracias a ambos de antemano,

Fernando Campaña Castillo, editor de Nuestraenfermeria.es

M.Sastre entrevista a Javier Montes

El Suicidio en Profesionales de Enfermería

Ya hace unos  años que compartimos lugar de trabajo, pasión por la enfermería y por enseñarla en las aulas. Trabajamos como enfermeros docentes en la EUI Gimbernat, ese lugar maravilloso donde no dejan de pasar cosas interesantes. Además, desde el último año compartimos director de Tesis y el esfuerzo que conlleva la realización de la misma.

Enfermero de Salud Mental, gran comunicador y docente, Javier Montes se encuentra en estos momentos en las últimas fases del desarrollo de su Tesis Doctoral.

Nada nuevo si añadimos que la está realizando en el ámbito de la Salud mental, su especialidad y investigando sobre el suicidio. La parte más impactante es si seguimos hablando con él y nos cuenta que su población de estudio son las enfermeras; el suicidio en los profesionales de Enfermería.

¿Las enfermeras se suicidan?

Sí, las enfermeras se suicidan. Las enfermeras tenemos tasas de mortalidad menores que la población general pero esto no ocurre así cuando hablamos del suicidio. Cuidar de los demás no nos hace invulnerables o inmunes, desgraciadamente. El suicidio sufre el estigma del silencio pero está ahí y no para de crecer, sobretodo y aunque parezca paradójico, en los países más industrializados y con mayores cotas de bienestar.

¿Es mayor el riesgo en estos profesionales de la salud?

Precisamente, mi tesis parte de la evidencia de que los profesionales de la salud, en general, y las enfermeras, en particular, tienen tasas de suicidios más altas. La revisión de la literatura científica sobre el tema así lo demuestra. La primera dificultad que encontramos es que no todos los países registran la profesión de la persona que se suicida pero en los que sí lo hacen nuestra profesión es de las que encabezan este siniestro ranquing. A partir, de esta constatación, es cuando he analizado los motivos que pueden influir en que haya esas diferencias.

¿En qué zonas y que tipo de enfermeras?

Si la pregunta es si hay servicios con mayor riesgo de suicidio para las enfermeras que otros, no hay unanimidad entre los que lo han estudiado. Inicialmente, se partía de la teoría de que aquellas enfermeras más en contacto con la muerte, o el sufrimiento  de sus pacientes se suicidarían más pero no es así. Otra teoría aventuraba que aquellas que trabajaran en servicios con mucha presión asistencial serían candidatas a sufrir un mayor riesgo suicida. Tampoco parece ser así. Los datos son contradictorios y no es posible afirmar que hay unidades o servicios que predisponen a sus trabajadoras a conductas suicidas. Lo que hemos encontrado es que hay más factores intervinientes.

¿Qué más variables entran en juego?

En el ámbito laboral más que el servicio concreto juega un papel muy importante el ambiente laboral. Trabajar en condiciones estresantes pero que se reconozca tu trabajo, que tengas autonomía en la toma de decisiones, etc. te protege de un estrés laboral crónico o burnout que sí que influye en un mayor riesgo suicida. El suicidio de una enfermera no es más que el resultado de una serie de vulnerabilidades individuales (sobre todo trastornos mentales) que se unen a estresores en el puesto de trabajo y en su ambiente social y emocional. Si todas estas variables se unen pueden dar lugar que se pase de una ideación suicida a una conducta suicida.

¿Has detectado más factores de riesgo?

En mi tesis hemos analizado el papel de ciertas variables emocionales como la autoestima, la resiliencia o constructos psicológicos como el locus de control. En pocas palabras, las personas con más autoestima y mayor capacidad de resistencia ante las adversidades de la vida presentan menor riesgo suicida. Por otra parte, también he incluido el estudio de variables como el hábito tabáquico que la literatura especializada asocia al riesgo suicida. En la muestra analizada en mi tesis, se repite el tabaquismo como una variable que aumenta el riesgo.

¿Somos todas sujetos potencialmente en riesgo?

Toda persona puede encontrarse en una situación vital en que sopese el suicidio como una de las opciones posibles. La ideación suicida es más común de lo que nos pensamos pero han de existir otros factores para que pasemos de la idea al hecho concreto de suicidarnos.

¿Podemos hacer algo para evitarlo?

El objetivo de esta tesis es que pueda servir de algún modo para la implementación de políticas de prevención. Actualmente, en España mueren más personas por suicidio que por accidentes de tráfico pero la percepción social de alarma no es la misma para el suicidio que para los accidentes de tráfico. Es precisamente, lo que hemos de cambiar de tal forma que se prioricen los programas de prevención tanto a nivel laboral como en diferentes ámbitos de la sociedad.

En esta tesis, a la vez que he estudiado el riesgo de suicidio en enfermeras, también he analizado el riesgo en los estudiantes de enfermería ya que el suicidio se ceba especialmente en la gente joven. Mi objetivo no es solo que pueda aportar beneficios a las enfermeras sino también a los estudiantes a los que imparto docencia.

Conclusión:

El suicidio es un problema de salud pública de primer orden. Es la única causa de muerte prematura que no conseguimos hacer descender. Las políticas de prevención deberían centrarse en detectar a las personas o colectivos más vulnerables. A nivel de enfermería, mejorar las condiciones laborales y facilitar la conciliación laboral y familiar sería un primer paso adelante. Sin olvidar que ya contamos desde la profesión con programas como el “Programa Retorn” que permiten el tratamiento de profesionales con problemas de salud mental y adicciones, dos de los factores más relacionados con las conductas suicidas.  

Javier Montes

Professor Titular

Escola Universitària d’Infermeria Gimbernat