Stage Roma (44a)

 

Durante la pasada semana tuve la oportunidad (gracias al Máster de Investigación e Innovación en cuidados de enfermería de la UAB) de conocer una de las diversas realidades sanitarias que coexisten en Europa, y hacerlo de cerca.

En este “stage” Europeo, visitamos la capital Italiana, lugar en el que se nos invitó a conocer la diversidad de la asistencia sanitaria en la región de Lazio, dónde se circunscribe la capital. Realmente una estupenda oportunidad para comparar la realidad que conozco en mi entorno Barcelona  (Cataluña, España) con la de Roma (Lazio , Italia), o lo que es lo mismo de dos de las capitales Europeas más importantes.

Lo primero y necesario para centrar el tema y explicar la experiencia es describir el entorno sanitario y en que se basa.  A priori podríamos pensar que la realidad italiana en concepto de sistema sanitario es de las mejores. El Servizio Sanitario Nazionale (SSN) se fundamenta en una serie de principios y estrategias, por los que velan las legislaciones y la propia constitución de la republica.

El primer principio es que la salud es un derecho de todos los ciudadanos y está tutelado por la propia constitución de la República, que lo recoge.  Para velar por este derecho, se establece lo que llaman LEA (Livelli Essenziali di Assistenza), es decir unos “niveles esenciales de asistencia”, unos mínimos establecidos para que todos los ciudadanos puedan recibir la asistencia necesaria. Estos niveles esenciales de asistencia recogen el copago de algunas prestaciones (algo que comienza a hacer el sistema menos justo y equitativo). El llamado “Ticket” Sanitario, busca que los ciudadanos participen en la reducción del gasto sanitario, pagando parte de algunos servicios. Es decir, en el sistema Italiano existe el “Copago”. Actualmente este “ticket” comprende, las prestaciones de Especialistas (visitas, pruebas o análisis), las urgencias, cuidados del paciente terminales y las prestaciones de farmacia (sólo en aquellas regiones que han decidido introducirlo; por lo que vemos que además pueden existir diferencias territoriales en la asistencia sanitaria). Este ticket quiere disuadir a algunos ciudadanos de la utilización inapropiada de los servicios, fue introducido en 1982. En este copago existen excepciones, como es la Gravedad de la patología, el diagnóstico precoz de algunos tumores o tratamientos de enfermedades raras o pacientes crónicos).  La realidad del ticket apunta a que muchos ciudadanos retrasan la entrada en el sistema sanitario, para evitar pagar, agravando en ocasiones enfermedades en fases precoces, por lo que pasan a ser atendidos con un nivel más elevado de complejidad, aumentando el gasto sanitario per cápita en vez de reducirlo (algunos datos del gasto sanitario per cápita aquí).

La financiación del gasto sanitario viene regulada por ley, y al igual que en nuestro sistema sanitario las diferentes regiones tienen mucho que decir, puesto que son quienes gestionan el gasto sanitario en función de sus realidades concretas y sobretodo de su fiscalidad, por lo tanto también en función de las diferentes regiones podemos encontrar mejores servicios en unas que en otras. Algo que también puede provocar una especie de “turismo sanitario interno”. La financiación primero recoge el “ticket” en lo que podríamos llamar un tramo de financiación, después cuenta la propia región (aquí también existen regiones con realidades más autónomas que otras como en el caso de la Provincia autónoma de Trento), y por último se completa con la aportación estatal, que deriva de los impuestos de los ciudadanos.

En cuanto a la cobertura privada, los ciudadanos pueden disfrutar de asistencia privada mediante seguros médicos, pero además existen entidades privadas concertadas con las regiones o el estado que ofrecen atención pública mediante el pago del “ticket” o gratuitamente, y siempre estas estando acreditadas por el SSN.

Por otro lado la asistencia viene garantizada por la tarjeta sanitaria, común en todo el territorio, por lo que se garantiza la asistencia en cualquier lugar de Italia.

Es verdad que las comparaciones son odiosas, y lo ideal sería tener la tendencia a establecer un sistema público, de garantías a nivel europeo. Pero realmente las diferencias de culturales se concentran en Europa al igual que la densidad de población.

Este sistema de salud Italiano, que en un principio es igual para todos, toma ciertas estrategias como el “tícket” que  lejos de equipararlo, lo empeora. Sobre el territorio y visitando diferentes realidades, uno se da cuenta de las irregulares estructuras que existen, con hospitales de primera línea y de vanguardia como el infantil “Bambino Gesù” y el viejo y limitado de la “Isola Tiberina”.

Continuará….

Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es

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