Hoy es un día importante, sobre todo en lo que se refiere a los cambios socio-políticos. Vamos eso parece y no debería ser así. La evolución de las cosas debería ser natural, y ciertas abdicaciones y nuevos partidismos no tendrían que ser sorpresivas, puesto que dentro de la evolución normal de las cosas está, como lo es nacer, crecer, aprender y mejorar. Dentro de todo esto también deberíamos tener a bien el aprender a cambiar, aceptar los cambios en un mundo cambiante, vamos algo así como adaptarse al entorno, siempre que por un bien común sea.
La sanidad pública, tal y como la conocemos, está cambiando, no es un secreto, desde el comienzo de la dichosa crisis hemos sufrido recortes, “disminuciones” de personal o “reorganizaciones”, afectaciones salariales y demás debido a lo que se ha achacado a una mala gestión y/o un despilfarro de recursos.
Es por esto que también han cambiado o se está cambiando en los modelos de gestión clínica, con la introducción de otras disciplinas en el entorno de la gestión. Algo que no encuentra su razón tan sólo en la crisis, si no que de una evolución legislativa y natural se trata, tal y como se dice en el comunicado de SEMAP: Gestión Clínica y Profesionales Sanitarios, donde recuerdan que:
Ya la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), en el Artículo 10 que trata de la Gestión clínica en las organizaciones sanitarias dice que “tales funciones podrán ser desempeñadas en función de criterios que acrediten los conocimientos necesarios y la adecuada capacitación” sin especificar ninguna profesión en función de titulación académica. Define las funciones de la gestión clínica como las relativas a la jefatura o coordinación de unidades y equipos sanitarios y asistenciales y especifica que el ejercicio de dichas funciones estará sometido a la evaluación del desempeño y de los resultados.
Sin embargo, algunos se anclan en el clasismo del pasado, y como si de una fábula de ficción se tratara, sacan a relucir incluso sus complejos de Golum, reclamando la gestión clínica para sí, su tesoro, como si de un anillo que gobernara a todos se tratara. Y por qué digo esto, estos pensamientos me asaltan tras leer noticias con titulares como la siguiente: Enfermería no puede liderar las unidades gestión clínica, con el encabezado: Francisco Miralles defiende que “un profesional con un rango inferior no puede estar por encima en una estructura jerarquizada”. Si queréis poder seguir leyendo la noticia, que recoge las impresiones de la última jornada del XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en Sevilla.
Yo como enfermero puedo sentirme indignado, pero más indignación deberían sentir aquellos que son gestores, que están realizando una función de gestión siendo un profesional no médico y sobradamente preparado para ello. Quizás la peor parte de la afirmación de la noticia, sea la de la “estructura jerarquizada”. Si nos atrevemos a evolucionar, quizás sean equipos multidisplinares de personas sobradamente preparadas para ello las que deberían hacerse cargo de las gestiones sanitarias, siendo estos puestos ágiles en su renovación y cambio, siempre aportando la mejor evidencia en esos menesteres, que seguro que la hay.
Yo no soy un gestor, no soy un experto, pero realmente no hace falta serlo para valorar posiciones retrogradas. Solo quiero como enfermero, que la gestión clínica la realicen aquellas personas que estén preparadas para ello, que estas no se anclen en los cargos y que si existen nuevos modelos sean capaces de aplicarlos y explicarlos al resto de profesionales. De esta manera creo que todos mejoraríamos, ¿no os parece?
Como siempre espero vuestros comentarios.
Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es
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Me uno a tu indignación, como enfermera también me afectó cuando leí este artículo sobre eso que enfermería no puede gestionar unidades clínicas cuando estamos más que sobradamente preparados y mejor que los que se creen «superiores en jerarquía». Estamos en una época de cambios y a la vista esta con todos los hechos acontecidos, estamos viviendo la historia que estudiarán nuestros hijos, espero también contarles la revolución y el cambio en la Sanidad. Gracias Fernando como siempre por tus buenísimos artículos. Un saludo.
Fernando, estoy totalmente de acuerdo y me sumo a tu indignación, a pesar de que yo, no soy enfermero y pertenezco a otros que aceres relacionados con la sanidad, hay que adaptarse a los cambios y dar manga ancha a las personas que tiene los conocimientos y la capacidad de resolver y dirigir cualquier situación que se pueda dar en su puesto de trabajo, como tu sin ir mas lejos, un saludo.
Gracias Jordi por pasarte y comentar! Un abrazo.
El gran problema es que la organizaxion la dirigen medicos mediocres con escasa o nula experiencia y formación en gestión sanitaria. Esto solo es fruto del miedo y de su soberbia y prepotencia. Es muy difilcil argumentar con personas ignorantes y retrógradas, porque se cierran en su argumento sin cimientos y no escuchan ni miran la evidencia. Qué pena que no miren hacia organizaciones más avanzadas donde lo importante es la formación, los conocimientos, la experiencia en gestion y las aptitudes para liderar.
Empezamos con la participación de todos los profesionales implicados en una Unidad de Gestión, ni siquiera somos capaces de «reclamar» la parte que nos toca en la toma de decisiones. El Liderazgo, son palabras mayores