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Google Glass, ¡qué invento! Cuántas oportunidades nos propone esta solución tecnológica que se conecta con nuestro terminal móvil. No es la primera vez que escribimos en Nuestra Enfermería sobre este artilugio. Lo hicimos primero con Dr. Conmigo no utilice las Google Glass!, donde hablábamos de la ética profesional y las nuevas tecnologías, que han de ir de la mano, entenderse y de la responsabilidad que nos supone.
Continuábamos con 5 things that Google Glass could not be used in Hospitals (in Spain), donde dábamos las claves por las que creíamos que las “Google Glass” tendrían dificultades para ser utilizadas en el sector sanitario, en España al menos. El componente Ético, la adaptación y necesidad de entrenamiento, la integración de las Aplicaciones de las Google Glass con los sistemas informáticos de los hospitales, el elevado coste de los dispositivos o los posibles problemas de salud laboral que desconocemos.
En las últimas semanas he podido ver noticias que continúan hablando de las aplicaciones de las Google Glass en salud, y me ha llamado la atención sobre todo por su relación con la practica enfermera. Concretamente desde “la e-Salud.com”, dónde nos hablaban de que las Google Glass llegan a Enfermería. Llegada que como explican desde la web se hace a través de Nursery Care aplicación que ha sido diseñada por la empresa apps4glass en colaboración con la IMQ (Igualatorio Médico Quirúrgico) de Bilbao e implantada en el centro para aumentar la comodidad y autonomía de los trabajadores ( notica completa ).
Pese a los pros y los contras que se pueden abrir acerca de esta implantación, hoy os quiero acercar otra vuelta de tuerca, se trata de MiGlass de iPatientCare. O lo que es lo mismo, ¿y si este “weareable” lo llevaran los pacientes?
Eso es lo que propone esta aplicación, que las Google Glass sirvan para crear a un paciente con más autonomía sobre su cuidado y la gestión de su salud. Pero ¿qué es lo que hace?
Desde Hitconsultant.net nos informan de que sus funcionalidades han demostrado mejorar la seguridad, la eficiencia y la autonomía en los pacientes, como explican en su entrada “iPatientCare Updates Its Wearable EHR App for Google Glass Functionality”
Estas funciones que describen son las siguientes:
Alerta de toma de medicación, dónde se muestra una imagen del fármaco, la dosis y la hora de la toma, además de mostrarle al paciente las instrucciones en la toma del medicamento, así como información sobre posibles efectos secundarios.
Alerta de Citas, la aplicación hace de agenda de visitas programadas, para evitar posibles olvidos al acudir a consulta.
Alertas de Seguridad, advirtiendo al paciente, por ejemplo si el medicamento que está consumiendo posee interacciones con otras sustancias.
Educación del paciente, dónde la aplicación “miGlass” se muestra efectiva al permitir el intercambio de imágenes con los profesionales sanitarios en tiempo real. Pudiendo ver estos como se desenvuelve el “paciente” en su entorno registrando un video doméstico por ejemplo; o pudiendo el paciente revisar cómo realizarse un vendaje o cualquier procedimiento que se le haya enseñado en consulta.
Podemos decir que “miGlass”, es pues, una herramienta para empoderar al paciente, haciéndolo más efectivo y eficaz en su autocuidado, y que un elemento seguramente a tener en cuenta por enfermería, ya que en nuestras labores la educación del paciente es importantísima, pero…
Sí, pero, algún pero ha de haber. Y no os confundáis porque no me gusta ponerlos aunque es un deber buscarlos para mejorar.
Supongamos que esta tecnología llega a nuestros pacientes. Para ello ha de ser aprobada para su uso, se debería formar al personal en unidades de Atención “Glassera” especializada. Todo esto no lo sabemos y pero se intuye.
Me pregunto, si realmente es coste efectivo y se demuestra, por ejemplo en pacientes crónicos, ¿se debería implantar como una ayuda en terapia? Es decir monitorización del paciente por Google Glass. ¿Quién debería asumir el coste del aparato y el derivado del adiestramiento del paciente, sobretodo en un sistema público como el nuestro? (en caso de que siguiera siéndolo).
¿Podría utilizarse para comenzar la educación domiciliaria de los pacientes en el control de su propia salud?
¿Qué tipo de consentimientos informados deberían aplicarse? Y ¿Qué trato de la información doméstica del paciente y de la que este recoge en consulta debería hacerse? ¿Cómo se limitaría su distribución? (Imaginemos que un paciente distribuye por las redes sociales un vídeo en el que un profesional sanitario le realiza una técnica utilizándola para enseñar a otros sin pensar que ese consejo es exclusivo para él).
Las imágenes y la información de los medicamentos ¿quién las proporcionaría, un organismo independiente (tipo agencia internacional/estatal) o se tratarían de patrocinios de farmacéuticas? ¿Quién controlaría este nuevo tipo de mercado de salud “weareable”?
Y en caso de que llegara a salud privada, con pacientes con poder adquisitivo y éstos lo utilizaran, mientras en la atención pública no se hiciera, ¿Nos encontraríamos ante pacientes de primera y de segunda?
Muchas luces pero muchos peros podemos plantearnos, os propongo responder a estas preguntas o proponer nuevas. De todas maneras es de las soluciones que más me han gustado respecto a las Google glass, de las que conozco, ¿sabéis de más?
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Fernando Campaña Castillo, Editor de Nuestraenfermeria.es
Fernando, contestar las preguntas que planteas supone un verdadero reto. En ocasiones la tecnología parece ir muy por delante de nosotros y de su aplicación en la práctica clínica y entornos reales. Además, los pacientes están incorporando la tecnología de salud en su vida diaria, principalmente las aplicaciones para el self-tracking, con más rapidez que el sistema sanitario. La tendencia en el caso de las Google Glass es similar. ¿Seremos capaces de seguirles el ritmo?
Gracias por comentar y visitar este blog?
Seremos capaces de seguir el ritmo? Seguro que si, yo soy optimista en ello, pero siempre debemos poner cordura en todo
Hola Fernando, como sabrás este es un tema que me apasiona; ya hace bastante tiempo que Enrique Castro (@castrocloud) y servidor planteamos que las GGlass se estaban colocando «en el lado equivocado» y es algo que he repetido en un par de ponencias con «mi» versión casera de las GGlass.
Aún hay mucho que afinar en esta y otras herramientas TIC antes de apoyar y formentar su empleo masivo, pero por desgracia quien tiene los posibles para ensayar con ellas no es transparente con los resultados que obtiene.
Una cosa es segura, las GGlasess sólo son la punta de lanza de una generación de dispositivos vestibles que se incorporarán a la relación profesional-usuario; que lo hagan de forma positiva y segura depende en gran medida de nosostr@s mismos.
Gracias por comentar Enferevidente, y por cierto son geniales tus google glass.
Es cierto que falta transparencia (como en muchas cosas) y existen intereses como en muchas otras, pero es seguro que son la punta del iceberg, y que espero que el ritmo de lo que viene lo podamos seguir bien… Un saludo!
[…] con usted, que se interesó por algunas de nuestras reflexiones sobre las google glass, como Vistiendo al paciente con Google Glass o Dr. Conmigo no utilice las Google […]